Caso Lozoya salpicará a Veracruz

Emilio Lozoya Austin FOTO: WEB
- en Opinión

Arturo Reyes Isidoro / El país amanecerá este viernes con el escándalo por la llegada de Emilio Lozoya al país, extraditado por España, quien de acuerdo a lo que comentó ayer el presidente López Obrador en su conferencia mañanera viene dispuesto a destapar la cloaca de corrupción en el gobierno de Enrique Peña Nieto (EPN).

Dos hechos no deben ni pueden perderse de vista. Los núcleos alrededor de los cuales giran las denuncias en su contra por presuntos sobornos multimillonarios, que habrían servido incluso para pagar campañas electorales del PRI incluyendo la de EPN, se ubican en Veracruz, en el municipio de Coatzacoalcos: las plantas petroquímica Etileno XXI y Agro Nitrogenados.

En la del primer caso empresarios brasileños habrían pagado fuertes sobornos no solo a funcionarios del gobierno mexicano y de Veracruz sino a legisladores que aprobaron la reforma energética con la que se encubrió la maniobra, y en el segundo la planta con la que según iban a producir fertilizantes era chatarra.

Hasta que Lozoya no declare y ofrezca pruebas –se habla de muchas horas de grabación o video grabación que va a presentar– no se sabe cuántos veracruzanos podrían resultar implicados, pero hay antecedentes que hacen pensar que el escándalo va a salpicar al Estado.

El 11 de septiembre de 2017 publiqué en “Prosa aprisa” que una investigación revelaba sobornos de Odebrecht al gobierno de Fidel Herrera Beltrán, aunque tampoco se debe pasar por alto que el gobernador Javier Duarte de Ochoa mantuvo tratos con los dueños de la empresa brasileña a quienes visitó incluso invitados por ellos.

El texto de entonces no ha perdido vigencia y cobra plena actualidad, por lo que a continuación lo recupero: “Seis ejecutivos de Odebrecht en México confesaron que entre 2010 y 2014 pagaron sobornos al gobierno de Veracruz.

Sin embargo, una investigación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), llevada a cabo por el periodista Raúl Olmos, comprobó que el dinero de la red de corrupción empezó a fluir a México desde 2009, año en el que Odebrecht negoció su mayor inversión en el estado de Veracruz, la planta petroquímica Etileno XXI, que requirió autorizaciones estatales y federales.

El periodista investigador apunta que aquel año coincidió, además, con la elección federal intermedia, según se publica un amplio trabajo sobre el tema en la edición de este día del diario Reforma.

En 2009 y hasta 2010, el gobernador de Veracruz fue Fidel Herrera Beltrán, a quien suplió Javier Duarte de Ochoa a partir de diciembre de este último año.

Refiere la nota que entre el 3 y el 9 de junio de 2009 –un mes antes de la elección federal– una firma creada por Odebrecht en Panamá realizó dos transferencias por 2 millones 358 mil dólares a una empresa ‘fachada’ ubicada en Veracruz, con la intermediación de dos instituciones: Banorte y The Bank of New York.

‘Esta es la primera vez que se publican estos depósitos, los cuales fueron identificados por MCCI en estados de cuenta del banco Credicorp ubicado en Panamá’, se apunta.

La investigación revela que el 3 de junio de 2009, a las 12:53 de la tarde, la oficina central de Credicorp Bank en Panamá registró una transferencia por un millón 148 mil 142 dólares de la cuenta 4010177279, a nombre de Constructora Internacional del Sur SA, una empresa ‘fachada’ que era utilizada para lavar dinero o para ocultar sobornos, según la delación de Fernando Migliaccio Da Silva, quien trabajó en el Departamento de Operaciones Estructuradas de Odebrecht (la llamada oficina de sobornos) y quien fue arrestado en Suiza en febrero de 2016.

Esta transacción se realizó con Blunderbuss Company de México SA de CV, una compañía ‘de papel’ que había sido creada justo un año antes, el 3 de junio de 2008 en la ciudad de Poza Rica, Veracruz, con dos presuntos prestanombres como socios (el ex empleado de una gasolinera y un vendedor de seguros). La operación se hizo con la intermediación del Bank of New York, según consta en los estados bancarios obtenidos por MCCI.

Se agrega que a los seis días, el 9 de junio de 2009, el Credicorp registró una segunda transacción entre Constructora Internacional del Sur SA y Blunderbuss de México, esta vez por un millón 209 mil 966 dólares, utilizando a Banorte como intermediario. Al tipo de cambio de entonces, las dos transferencias equivalían a 31 millones de pesos.

Se apunta que de la compañía Blunderbuss ya se había hecho referencia en una anterior investigación de MCCI como intermediaria de presuntos sobornos, pero que esta es la primera vez que se reportan transferencias correspondientes a 2009, año en que se negoció en el estado de Veracruz la mayor inversión de Odebrecht en México: la planta de Etileno XXI, que sustituiría al fallido proyecto El Fénix, impulsado desde el sexenio de Vicente Fox.

En 2007, Pemex había abandonado El Fénix porque no se llegó a un acuerdo con el potencial inversionista (Nova Chemicals, de Canadá) para venderle gas etano a precio preferencial, se recuerda.

‘Repentinamente, Braskem, la filial petroquímica de Odebrecht, emergió en 2009 como la empresa que retomaría la construcción de la planta de polietileno El Fénix (ahora con el nombre de Etileno XXI)’.

Se hace referencia a que el entonces gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, negoció la adquisición de 200 hectáreas en la región de Coatzacoalcos, las cuales donó a la filial de Odebrecht para la planta de Etileno XXI, mientras que el gobierno de Felipe Calderón accedió a suministrarle gas etano a un precio 29 por ciento inferior del mercado internacional.

‘Las primeras transferencias a Veracruz de la estructura de sobornos de Odebrecht coinciden con el resurgimiento de Etileno XXI, pero también con la elección federal intermedia en la que se renovó el congreso federal’.

También se recuerda que en una anterior investigación, MCCI reportó que entre agosto de 2010 y febrero de 2011, Odebrecht transfirió otros 3 millones 754 mil dólares a Blunderbuss Company de México, una compañía ‘fachada’ ubicada en el estado de Veracruz detrás de la cual opera una red de prestanombres que estuvo vinculada al Gobierno veracruzano cuando fue encabezado por Javier Duarte –preso por delitos relacionados con actos de corrupción– así como a la oficina de Odebrecht en México.

Ese dinero provenía de dos cuentas abiertas en los bancos Credicorp y Meinl Bank (institución propiedad de Odebrecht) a nombre de IREAD –de la isla de Antigua– y de Constructora Internacional del Sur –ubicada en Panamá–; ambas firmas fueron utilizadas en otro momento para el pago de sobornos y para financiar campañas a políticos latinoamericanos, según documentos de la Fiscalía brasileña a los que tuvo acceso MCCI.

Los supuestos dueños de Blunderbuss –la empresa veracruzana a la que Odebrecht envió millones– son personas ajenas a actividades empresariales. Uno de los accionistas es un vendedor de seguros que reside en una pequeña casa en la ciudad de Papantla y el otro socio –quien funge como administrador único– es un ex empleado de una gasolinera que vive en una colonia popular de Poza Rica”.

Puede ser que sea mera coincidencia pero según versiones de personas al tanto de políticos priistas exfuncionarios en los gobiernos de Fidel y de Duarte, desde hace semanas se hicieron ojo de hormiga y ya no responden ni a llamadas ni a mensajes.

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