Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / DICEN LOS que conocen su trayectoria y preparación indiscutible, que el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez (de 51 años) es una eminencia como galeno, pues además de ser egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México donde se graduó como médico en 1994, cuenta con una especialidad en medicina interna por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” que realizó en el 2000; una maestría en ciencias médicas, odontológicas y de la salud por la UNAM, y un posdoctorado en epidemiología por la Bloomberg School of Public Health de la Universidad Johns Hopkins ubicada en Baltimore, Maryland considerada la primera universidad dedicada a la investigación en los Estados Unidos. El profesionista por cuyas venas corre sangre de refugiados españoles, realizó, paralelamente durante su posdoctorado un estudio prospectivo en torno al efecto de la tuberculosis sobre la supervivencia de hombres infectados con VIH. En suma, hasta antes de la Pandemia de Coronavirus, López-Gatell Ramírez era un doctor respetado y respetable (aunque traía el antecedente de haberle fallado al Presidente Felipe Calderón en el combate de la Influenza H1N1), pero aceptó ser el vocero de la Cuarta Transformación en materia de CoVid19, y fuerza de obedecer al Presidente Andrés Manuel López Obrador y sus ocurrencias y desplantes cuando suele creerse, realmente, el nuevo Mesías, ha perdido todo, y hasta incluso perdió su matrimonio tras 25 años de casado cuando aceptó fungir como subsecretario de salud Federal, una posición que en realidad no necesitaba, aun cuando su trayectoria ha sido en el sector público ya que de 1998 a 1999 fue jefe de médicos residentes en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, donde de 1999 a 2001 fue médico especialista. De 2013 a 2018, fue director de Innovación en Vigilancia y Control de Enfermedades Infecciosas, en el Instituto Nacional de Salud Pública de México, y de 2008 a 2012 fue director general adjunto de Epidemiología en la Secretaría de Salud, y ahora es cómplice del Presidente López Obrador a quien comienza a desmoronársele el País por regatear el apoyo al sector privado que es quien en realidad genera empleos y mantiene la estabilidad social, ya que sin fuentes ocupacionales que palien la pobreza, esto se convertirá en un caos.
DICEN LOS que saben que la debacle inició durante la conferencia matutina del 16 de Marzo de este año, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado por una reportera sobre el contacto físico que mantenía con personas de comunidades marginales durante sus giras sin uso de cubrebocas, por lo que le cuestionó cuando se haría una prueba de CoVid19. Fue entonces que el mandatario nacional le pidió a Hugo López-Gatell que aclarara lo que fuera necesario, a lo que este último respondió, entre otros puntos o galimatías: -“Le voy a decir una cosa muy pragmática: casi sería mejor que padeciera coronavirus (el Presidente), porque lo más probable es que él en lo individual, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune y entonces ya nadie tendría esta inquietud sobre él”-. La reportera, entonces, reiteró su pregunta agregando que: “No es que se esté diciendo que a todos se les haga (la prueba), la pregunta era con el presidente porque al final de cuentas por las actividades. Entonces, la duda es: si llegara a ser portador y va a las zonas, como usted mencionaba, de alta marginación ¿podría contagiar de alguna manera o no como portador?” Y López-Gatell que tenía la enmienda de defender al irresponsable Presidente respondió con una ridiculez que le ganó rechazo generalizado: “La fuerza del presidente es moral, no es una fuerza de contagio, en términos de una persona, un individuo que pudiera contagiar a otros. El presidente tiene la misma probabilidad de contagiar que tiene usted o que tengo yo, y usted también hace recorridos, giras y está en la sociedad. El presidente no es una fuerza de contagio. Entonces, no, no tiene por qué ser la persona que contagie a las masas; o al revés, como lo dije antes, o al revés”.
FUE AHÍ el principio de una controversia que incluyó la propuesta de legisladores del Partido Acción Nacional para remover a López-Gatell de su cargo, y la petición del mismo funcionario a no involucrarlo en asuntos políticos. Pero por servil, el daño ya estaba hecho, y ahora nadie le cree al subsecretario de Salud, pese a las defensas que de su persona hace en todo momento el Ejecutivo Federal, a quien no le quedará sino removerlo de la responsabilidad o premiarlo con la titularidad de la Secretaria de Salud para que José Luis Alomía se encargue en lo sucesivo de hacer el ridículo que, por otra parte pone en riesgo a la población, sobre todo cuando el Presidente apresurado por los Estados Unidos sigue convocando a la población a ir dejando el confinamiento sin menoscabo de que estamos viviendo lo peor de la Pandemia con muertos por todas partes, y con casi todo el País en semáforo epidemiológico en rojo.
NO ES secreto que hace 11 años, cuando México y en especial la capital del País enfrentaron momentos difíciles con la pandemia de la influenza AH1N1 que ocasionó la muerte de poco más de 1 mil mexicanos e infectó a 70 mil, además de dejar pérdidas millonarias debido a que se cerraron comercios y se cancelaron cientos de eventos públicos, López Gatell era director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, y no reaccionó con la velocidad que se requería para frenar el avance de la enfermedad. Durante aquella crisis ha dicho que se hizo lo correcto (como el cierre de eventos masivos y de establecimientos como cines y teatros), discurso muy diferente al que pronuncia ahora que forma parte del gobierno de la Cuarta Transformación, solo por seguirle la corriente al Presidente en turno que, sin duda, lo incluyó en su staff luego de que él, entonces, Presidente Felipe Calderón le quitó esa responsabilidad al no haber dado los resultados esperados.
POR LO pronto las bancadas del PRD, PAN y MC ya exigen nuevamente la renuncia del secretario y subsecretario de salud, Jorge Alcocer y Hugo López-Gatell, respectivamente, porque “lo acepten o no el presidente de la República y las autoridades sanitarias, la pandemia está fuera de control y en las próximas semanas podría complicarse aún más por el rompimiento del confinamiento. Fue un grave error desatender las recomendaciones de la Organización Mundial de Salud (OMS) que desde un principio advirtió que era necesario realizar pruebas para poder establecer una estrategia de contención eficaz contra la pandemia”. Y es que en verdad, el Coronavirus está más agresivo que nunca, imponiendo record en muertes diariamente y en el número de contagios, algo que López Obrador no quiere entender porque siente que el País se le cae a pedazos en materia económica, y como no si regateó el apoyo a empresarios que son los generadores de empleo y que, por su necedad, han tenido que cerrar infinidad de empresas y negocios, además de que se empecinó en construir obras faraónicas innecesarias antes que atender lo prioritario, y acaso en ello llevará la penitencia. OPINA carjesus30@hotmail.com