El fútbol está lleno de buenos futbolistas, sobresalen por sus aptitudes en la cancha y por ser amados por miles de fanáticos. Sin embargo, fuera de las canchas sacan el cobre. Ahí está el oriundo de Tepito, Cuauhtémoc Blanco quien en su incursión por la política ha dejado mucho que desear. Como gente ya sin el uniforme, se destacó por sus escándalos porriles e infidelidades. Y qué decir del director técnico del América, el personaje conocido como Piojo Herrera, quien se ha peleado con fanáticos en aeropuertos y en los pasillos de los estadios.
Este señor le hace honor a su apodo, ya que al ser conminado para ponerse el cubrebocas, ya que ese fue uno de los requisitos en esta pandemia, el señor se molesta y dice; “lo voy a usar porque joden”. O sea, lo va a usar no porque deba obedecer una regla que lo va a proteger y cuidar a sus cercanos, sino porque lo están obligando.
Que nos puede extrañar de un personaje violento, que nunca se caracterizó por ser un buen futbolista y que todo lo quiere resolver a madrazos. Ese es el piojo Herrera, un hombre que hace honor a su apodo, un verdadero parásito sin alas.
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