Jorge Flores Martínez / Es apenas una simple palabra, casi nada, unas cuantas letras, sin tonalidad especialmente bella, pero de todas las palabras que puede haber, es sin duda, una de las más bellas que se pueden pronunciar.
La libertad se puede definir de muchas formas y también imaginarse como una utopía irrealizable, pero así, tal y como es, en su extraordinaria complejidad y simpleza, es el único ideal por el que todos deberíamos luchar sin descanso.
Por supuesto que no existe la libertad pura, sin condiciones ni limitaciones, todos estamos determinados a asumirla y ser consientes de la responsabilidad que representa que al exigirla para uno, es obligatorio exigirla para todos.
Ser libre conlleva por definición ser tolerante, aceptar la libertad del otro es condición indispensable para ser libre, es decir, no querer subyugar ni ser subyugado. La libertad no se puede remitir a un tercero, no es posible eliminar ni contradecir. No hay forma de concebir que se pueda ser verdaderamente humano sin ser libre de verdad.
Es indispensable preguntarnos qué tan libres somos como mexicanos. La pregunta puede parecer obvia y por momentos ociosa, pero pasemos por un tamiz para determinar que tan libres somos.
Vamos a iniciar con las drogas. ¿Somos libres de consumirlas como adultos responsables? La respuesta es que no lo somos, existe una serie de leyes que impiden que se produzca y comercie con drogas en casi todos los países del mundo. Se ha llegado al absurdo de prohibir plantas como la mariguana y de llevar a la cárcel al que la cultive y consuma.
Esta prohibición de las drogas nos ha llevado a una guerra sin fin con la intención de combatirlas. Una guerra que se sabe perdida y sin la menor posibilidad de ganar. Ha costado decenas de miles de muertos y el surgimiento de una delincuencia organizada cada día más sanguinaria y cruel, y por supuesto, no se ha reducido ni un poco el consumo, por lo contrario.
En lo particular no tengo una posición clara sobre este tema, me parece que las autoridades no han permitido una discusión democrática, y como ciudadano, no cuento con información suficiente para tomar una postura. De lo que no tengo duda, es que el costo de combatirlas ya es mayor al de normalizarlas.
El asunto de normalizar las drogas es, posiblemente, el más complejo y difícil que una sociedad pueda darse, por desgracia pocos países cuentan con parlamentarios con capacidad e información suficientes para hacerlo y México no es uno de esos.
La libertad de poseer armas, otro tema que realmente es muy interesante. Nuestros políticos, que por lo regular cuentan con seguridad y vehículos blindados, aseguran que jamás se autorizará que los mexicanos podamos tener la libertad de contar con armas para defender a nuestras familias y posesiones, para eso está el Estado Mexicano. Solo que ni nos protegen ni les interesa hacerlo. A mi me gustaría un debate serio e informado sobre la libertad de los mexicanos para poseer armas, y eso que nunca en mi vida he disparado una y soy un pacifista convencido que la violencia es resultado de la estupidez.
Otro tema es el aborto. Tema que por lo regular se discute solemnemente entre hombres y se define siempre políticamente con posturas de alianzas electorales
inconfesables. Qué interesante sería un verdadero debate ciudadano donde se alcance a escuchar a las mujeres sobre los líderes religiosos y políticos moralistas. Yo solo pondría un limite, vamos a discutir con inteligencia y argumentos la libertad de las mujeres, sin pasar por alto la libertad de los médicos a la obligación de practicarlos y los contribuyentes a pagarlos.
¿La eutanasia? Ni siquiera tenemos la libertad a un debate sobre nuestra decisión personal de cuándo, cómo y en qué condiciones deseamos morir.
Quiero apuntar que no tengo una postura clara en ninguno de los temas que mencione, solo me interesa comentar que la libertad es estar bien informados y ser conscientes de la responsabilidad que conlleva cualquier postura que asumamos.
A los políticos les gusta convencernos que necesitamos que sean ellos los que nos protejan, vean por nosotros y decidan que podemos hacer y que no. Prohibirnos todo, limitar nuestras libertades para así ellos estar en condiciones de administrarlas.
¿No les parecería más interesante un debate sobre nuestras libertades en vez de estar discutiendo sobre rifas de aviones y controversias entre liberales y conservadores?
Es probable, que en una de esas les quede claro a nuestros políticos que no vamos a permitir un retroceso, por pequeño que sea, en las libertades que como mexicanos hemos logrado, por el contrario, estamos decididos a ser cada día más libres.
Ya encarrerados, vamos a ver que en el índice de libertad económica, México no es de los más libres, más bien, como siempre, somos de los países de media tabla.
¿Saben cuáles son las países más libres? Así es, los más ricos y democráticos.