Hoy Veracruz vive el horror provocado por ese desdén; el coronavirus en Veracruz se está convirtiendo en una pesadilla. Ya son 11 mil 476 contagios confirmados y mil 754 defunciones; eso en cifras oficiales. El virus se ha propagado a otros municipios, muchos de estos con comunidades en lugares apartados, donde apenas hay una clínica o un dispensario médico. Lo peor de todo es que no hay manera de contener la pandemia.
No hay políticas sanitarias adecuadas ni siquiera se ha brindado información adecuada, pues las personas en las colonias de las periferias, en las comunidades apartadas, viven como si el Covid-19 fuese un invento del gobierno. Cierto, el aumento de la pandemia en Veracruz es en parte culpa de los ciudadanos, pero también es culpa de un gobierno que desdeñó desde un principio el riesgo y ahora rehúye a las consecuencias.