Pero sucedió todo lo contrario. Nepotismo, influyentismo y corrupción son el estandarte del gobierno de Cuitláhuac García, quien ha dejado que todo esto ocurra. Omiso, servil, arrogante (cree que la inteligencia está de su lado), mentiroso, deshonesto, cobarde, incapaz, estulto, todos esos calificativos describen al gobernador de Veracruz que en estos dos años no sale del sótano de las encuestas que lo ubican como uno de los peores gobernadores en el país.
Ante todas estas circunstancias, a dos años del triunfo de Morena en Veracruz, dos años del triunfo de Cuitláhuac García, ¿quién se apunta para celebrar?