Vale que, en esa misma encuesta en el rubro de confianza en el gobernante, el 77.9 por ciento de los veracruzanos no confían en Cuitláhuac García. ¿Cuál es la razón? Pues los veracruzanos se han dado cuenta de que el oriundo de la Progreso Macuiltépec es un funcionario ausente, que no toma las decisiones en Palacio de Gobierno, y cuando por fin se decide a gobernar sus decisiones son erradas.
Cuitláhuac García tiene una tara política y social que no le permite ver la realidad de uno de los estados de la República más rico en recursos naturales; si a esto sumamos que su padre putativo viene a cada rato a decir que es una bendición, pues en su estulticia el gobernador de Veracruz se la cree y sigue actuando irreflexivamente o no actuando. Pero lo más grave de todo es que mientras él está ausente, la gran mayoría de sus funcionarios roba, roba a manos llenas; eso sin contar el nepotismo y el influyentismo rampante.