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El efecto Champán

Iván Daniel Montero García / Hace unos días cuando comenzaron a permitir la entrada de gente a bares y restaurantes entré a uno de mis favoritos a tomarme una caña y comerme un bocadillo de chorizo. Mientras esperaba a que me sirvieran escuchaba a unos señores mayores, que no usaban mascarilla, comentando si en España habrá una recuperación económica en forma de ‘L’ o en forma de ‘V’.

Era imposible no escucharlos, es una característica típica de los bares españoles esas discusiones entre gritos o con la voz en un volumen bastante alto. Así que, decían, el ejemplo más claro lo tenían en China donde de acuerdo a informes del propio gobierno asiático y replicado por medios y funcionarios ibéricos, la recuperación había sido en forma de ‘V’.

Como verdaderos economistas, mientras tomaban su vermut con olivas, estos viejos decían que una recuperación en forma de ‘L’ sería devastadora. Es decir, que la caída abrupta de la economía por el Coronavirus aunado a una recuperación lenta –haciendo la forma de ‘L’– recordaría la crisis del 2008 donde mucha gente perdió sus empleos, patrimonio y algunos hasta la vida.

Sin embargo, con esa sabiduría que caracteriza a los abuelos, se notaban confiados de que, de la misma forma en que habían caído los indicadores económicos en los primeros dos trimestres, en los meses siguientes se generaría una ascensión igualmente salvaje para formar una estimulante ‘V’.

De acuerdo al Fondo Monetario Internacional la caída del PIB 2020 en España será del 12,8 por ciento, la peor de entre los países que analizaron en este estudio. Empatado con España está Italia, en tercer lugar se encuentra Francia con una caída del 12,5 por ciento, México en un cuarto lugar con una caída del 10,5, seguido de cerca por Reino Unido, Argentina, Brasil, Canadá, Estados Unidos y hasta Alemania.

En unos meses se verá cuál es el desenlace de la recuperación, pero lo que sí se puede comprobar desde ya es que desde el pasado 15 de junio que se permitió la salida sin franjas horarias, las terrazas para tomar el sol en compañía de amigos y familiares en bares y restaurantes de las principales ciudades españolas están abarrotadas.

El ‘efecto Champán’ le dicen, ya que se ha disparado el consumo después de tres meses de no poder salir ni visitar a tus seres queridos, ahora ha habido una explosión de júbilo por estar afuera disfrutando del buen clima de verano.

Ha sido una buena noticia para uno de los sectores principales –si no el principal– el turismo que veían con temor que, ante la falta de visitantes de otros países, los locales no quisieran gastar su dinero en nimiedades como alcohol o comidas fuera de casa.

Sí, ahora ya no se habla de otra cosa más que de cuestiones económicas, atrás pasaron los días de miles de contagios diarios y casi 900 defunciones diarias. Sin embargo, por ahí todavía se comenta que ante este ‘efecto champán’ donde toda la gente está afuera, haya un rebrote del Coronavirus y se vuelva a encerrar a ciertas regiones o incluso el país completo.

Tampoco hay que olvidar que cuando abrimos una botella de este vino espumoso lo primero sale muy rápido y lo restante cada vez más lento.

¿No que en seis meses se acababa la violencia?

Los mexicanos estamos acostumbrados ya a vivir de crisis económica en crisis económica, pero de algo que no podemos acostumbrarnos es de vivir en medio de la violencia. Cuando AMLO andaba en campaña decía que en seis meses bajaría –y hasta podría terminar– la violencia. Claro que ni el más audaz simpatizante podría creerle esto, pero sí que al menos se concibiera una ligera mejora o un cambio positivo de la estrategia. Pues ya vamos para la mitad del sexenio y la cosa sigue igual. No es que le eche la culpa de todo lo que pasa porque muuuuuucha responsabilidad tienen antiguas administraciones federales, estatales y locales, sin embargo, es hora que empiece a generar resultados en materia de seguridad o en 2021 se va a encontrar con una sorpresa si sigue sin hacer autocritica de los yerros de su gobierno.

Que te levantes por ahí de las 5 de la mañana para irte a trabajar y ganarte el sustento de cada día para que en medio de la calle unas balas perdidas te asesinen es… ya no sé qué palabras usar para la indignación, rabia, cólera, irritación, coraje, de este tipo de situaciones en México y eso es signo de que nos estamos acostumbrando porque son situaciones cotidianas y no debe serlo.

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