Por supuesto que hay una guerra, y cada golpe que dé el gobierno para acabar con las células criminales significará una respuesta violenta por parte de los narcotraficantes. Tal vez lo que quieran los miembros del crimen organizado sea doblegar al gobierno, como lo consiguió el Cártel de Sinaloa, que después de la detención de Ovidio Guzmán amagó con incendiar Culiacán, tomando como rehenes a los familiares de miembros del Ejército.
Ya ve usted que el presidente mismo reconoció que él dio la orden de liberar a Ovidio para evitar la muerte de 200 personas inocentes. Esperemos que al Marro no se le ocurra juntar 200 inocentes para así doblegar a la autoridad.