Irineo Domínguez Méndez / En artículos anteriores pronostiqué, como muchos otros, que las alianzas se realizarían formando dos fuerzas políticas bastante obvias, la encabezada por el PAN y la de Morena: el BOA contra la 4T; según AMLO los conservadores contra los liberales. Ni tardos ni perezosos, casi al mismo tiempo, azules y morenos convocaron a sus aliados. Igualmente, otro supuesto se cumplió: que el MC podría rechazar la alianza, cosa que ocurrió con el matiz de: “por ahora estamos ocupados en las muertes del covid-19”. El PRI no fue invitado, más, se observa que el pronóstico también fue acertado: el PAN sabe que el PRI no aceptaría ocupar segundo lugar en importancia al aliarse con el azul en la elección federal; por tal razón, dejó abierta la puerta, al menos, para elecciones locales.
En el contexto actual, la alianza que logren concretar los azules tendrá más certeza jurídica que la integrada por los morenos; observación motivada por la próxima renovación de la dirigencia nacional del partido oficial (Morena). La nueva dirigencia podría desconocer los pactos de Alfonso Ramírez Cuellar, dirigente actual provisional. Del otro lado, al darse “a desear”, el MC intenta encarecerse; tomando un riesgo tremendo si le sale el tiro por la culata: que acontezca lo contrario al tardarse en dar el sí, porque el PAN y PRD ya hubiesen acordado asignación de distritos para cada uno de ellos. Mayor riesgo correrá al ser excluido de la alianza al grado que, de participar solo, tendrá pocas posibilidades de conservar su registro.
Los partidos de nueva creación, también, tendrán un gran reto para conservar el registro, tanto nacionales como estatales. Sus desventajas son conocidas, entre ellas: participar solos; con prerrogativas mucho menores que las destinadas a los partidos actuales; sin apoyos federales, estatales y municipales por no ser gobierno en ningún nivel. La experiencia política de dirigentes y la creatividad de los militantes será de vital importancia. Sin embargo, en mi opinión, todo apunta a que tendrán debut y despedida, a excepción del partido de la “maestra”, a la cual ya AMLO pide ayuda para desenmascarar el fraude del 2006 en su contra. Favor con favor se paga, resultado: Redes Sociales Progresistas conserva su registro en el 2021 y participa aliado en el 2024 con el partido Morena de AMLO.
Así las cosas, a nivel federal el huérfano es el PRI, quien buscará alianzas en las elecciones locales y una que otra de facto en la federal, como bien pudiera suceder en Veracruz, donde se han aprobado los registros de cuatro partidos locales; hecho que tal vez beneficie al tricolor. Pues, si bien es cierto que se amplían las posibilidades de participación de aspirantes que desean ser candidatos, también lo es que, sin recursos, serán pocos los que se animen a hacerlo por algún partido nuevo; muchos que emigraron a la aventura de crearlos, regresarán a los rediles que dejaron; lo mismo sucederá con los “bateados” por Morena y excluidos del reparto del “pastel”. No siempre es cierto el dicho que reza: “más vale ser cabeza de ratón que cola de león”; esto, toda vez que, quien se anime a participar por un partido nuevo, tendrá que aportar todo para realizar campaña electoral; de no ser así, será carne de cañón, igual acontecerá, dijimos, con quienes participen con partidos de nuevo registro federal. En tales condiciones y siendo la mayoría emigrante la militancia del PRI, éste podría recuperar un elevado número de votos.
Nadie duda que en nuestro Estado la alianza PAN-PRI tiene muchas posibilidades de realizarse a nivel local. Los resultados del último proceso electoral indican que – de aliarse- podrían obtener mejores resultados en, cuando menos, diez distritos de la zona centro del Estado y en un número mayor de municipios. La alianza PAN-PRD-MC no es suficiente para ganarle a los morenos.
Otro sí digo. – David se está preparando para enfrentar a Goliat en la Capital, no la tiene tan difícil. El presidente es su principal aliado…, por sus pifias.
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