Condenó el presidente López Obrador el asesinato del juez Uriel Villegas Ortiz, quien fuera asesinado junto con su esposa. El presidente de México lo expresó de esta manera: «Quiero expresar mi más profundo pésame por el asesinato del licenciado Villegas Ortiz, juez del Poder Judicial Federal y el asesinato de su esposa. Desde luego es un crimen atroz, condenable y ya estamos trabajando de manera conjunta el Poder Judicial, la Fiscalía de la República (FGR) y el Poder Ejecutivo para castigar a los responsables».
Este juez fue quien ordenó el traslado del “Menchito” al ala de máxima seguridad del Centro Federal de Readaptación Social número 11, ubicado en Hermosillo, Sonora. Por supuesto se infiere que la ejecución pudo ser un acto de venganza por parte de las huestes del “Menchito”. Vale señalar que este tipo de acciones se están volviendo muy comunes. Hace algunos días unos empresarios, junto con su abogado, fueron acribillados por un comando armado.
Vale señalar que estos empresarios tienen demandada a Ana Gabriela Guevara, directora de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) y a Armida Ramírez, su operadora de los “moches”. Afortunadamente, gracias al blindaje del auto no hubo muertos. Uno se pregunta, en caso de haberse dado algún muerto, ¿hubiera el presidente de México lamentado esa pérdida, lo mismo que la muerte del juez Uriel Villegas?
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