En Minatitlán, el presidente de México no se detuvo para atender a las madres de desaparecidos, antes bien el chofer del vehículo en el que viajaba el presidente aceleró y casi pasa por encima de las manifestantes. Esta vez en la Academia El Lencero el presidente de México no aceleró, no pasó por encima de las madres de los desaparecidos, pero no se bajó a atenderlos. Por supuesto, no sólo eran madres de desaparecidos, otros le reclamaron a López Obrador que el gobierno de Veracruz tenga entre sus funcionarios a dos ladrones.
Pero las que más reclamaron y se sintieron con el presidente López Obrador fueron las madres de los desparecidos, esas a quienes prometió que no iban a estar solas, a esas a quienes prometió que se les iba a hacer justicia. Pero esta vez las madres querían que el presidente de México se bajara y las escuchara; pero López Obrador no se bajó.
Fue entonces que le gritaron: «Sólo atiendes a la mamá del Chapo cabrón, pero a nosotros no». Quedó en la memoria colectiva de los mexicanos ese momento en que López Obrador se bajó de su camioneta para dirigirse al vehículo de doña María Consuelo Loera Pérez, la madre de Joaquín El Chapo Guzmán, uno de los responsables de cientos de las muertes de muchos jóvenes que dejaron a sus madres buscando justicia por ellos.
Comentarios