Dijo que con esa reforma habrá un ahorro de 500 millones de pesos. Sin embargo, ocultó algo. Lo que mañosamente Cuitláhuac García no dijo es que esta reforma electoral llevaba en su interior la intención de rechazar por completo la revocación de mandato. De esa manera, le niega a la población veracruzana el derecho de decidir si quiere que el hijo del profe Atanasio continúe medio gobernando a los veracruzanos.
Con esta acción por parte del gobernador, queda demostrado que no es tan honesto como lo señala su mecenas político. Por cierto, el Ejecutivo federal no se cansó en señalar que Veracruz recibirá una de apoyos como nunca se ha dado en su historia. Desde luego, que los sesudos analistas veracruzanos saben que eso no es verdad. Esa sarta de promesas tan sólo es una estrategia para apuntalar a un gobernador que en los hechos no sirve absolutamente para nada.