Todo parece indicar que ese “hospital” era mera utilería que el día de ayer se tuvo que desmontar y echar a la basura; 14 millones que sólo sirvieron para que el ego del gobernador de Morelos pudiera brillar; todo con tal de quedar bien con el presidente López Obrador, quien por cierto anda pidiendo préstamos al Banco Mundial para paliar este tipo de cosas por parte de sus gobernadores.
Y todavía, en el spot publicitario, el exjugador de futbol empieza diciendo: «¡Porque con la salud no se juega!».