Eran las 7 de la tarde del día 11 de junio cuando un hombre de aproximadamente 45 años de edad, se encontraba en el interior de su camioneta gris de lujo. El hombre acababa de recibir una fuerte noticia, él sabía que era una víctima más de coronavirus y antes de que la enfermedad se expandiera y antes de que fuera contagiar a uno de sus familiares se disparó en la cabeza volándose los sesos.
Cuando la policía encontró la camioneta con el cadáver del hombre dentro, había un mensaje escrito en una hoja de papel que decía lo siguiente: “Me diagnosticaron coronavirus, no quiero afectar a nadie; por favor cuiden a mi mama”. El hombre tenía un revolver en su mano derecha y su cabeza había quedado recargada en el volante de su Hyundai gris de lujo.