Nadie tiene la vida comprada, decía el sabio Rey Salomón en el libro de Eclesiastés, que el suceso imprevisto les acaece a todos. Eso precisamente le pasó el día de ayer al director de Educación Indígena, el profesor Celerino Bautista Luis, quien al salir de una reunión en la comunidad de Tatahiuicapan, tuvo un percance automovilístico, al parecer se le atravesó una moto y por tratar de esquivarla, se metió a una casa donde lamentablemente le quitó la vida a una humilde mujer que vendía pan afuera de su casa. En su contra tenía el agravante de encontrarse en estado etílico.
Hoy, el maestro Celerino Bautista Luis ha perdido la vida. Es lamentable este accidente tanto para los heridos y los deudos de la víctima. El profesor Celerino Bautista Luis fue un ideólogo del Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV), fue forjador de varias generaciones. Después de la traición de Zenyazen Escobar al MMPV, el profesor Celerino Bautista Luis fue llamado a ocupar la Dirección de Educación Indígena, ya que él era docto de nacimiento en lenguas indígenas.
Lo que realmente preocupa es la insensibilidad del secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar García, quien en lugar de dar apoyo legal a alguien que dependía de la Secretaría de Educación, se apresuró a deslindarse, quitándolo inmediatamente del cargo mientras el profesor Celerino Bautista Luis se debatía entre la vida y la muerte.
En otras palabras, le dio la espalda y lo dejó solo a su suerte. Tal vez sería bueno que alguien le refresque la memoria de lo que pasó en Los quinientos Escalones en Orizaba, donde una persona perdió la vida en un accidente y él directamente estaba involucrado. Ni hablar, esa es la calidad humana de Zenyazen Escobar García.
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