El enriquecimiento ilícito de varios funcionarios de la 4T jarocha no significa mucho mientras tengamos entre nosotros al Talismán Sagrado de la Colonia Progreso Macuiltépetl. Y es que, para Andrés Manuel López Obrador, en Veracruz ya no hay empresas fantasmas, esas acusaciones sólo son chismes de lavadero y un vil ataque político electoral por parte de los enemigos de su vellocino de oro.
Para López Obrador, el secretario de Educación del estado de Veracruz, Zenyazen Escobar García, debería ser un prototipo y patrón de lo que significa ser un verdadero funcionario. El desmadre que tiene en Espacios Educativos no significa nada para el presidente. Así que los veracruzanos deberán agradecer al divino de tener como gobernador a la bendición del amo absoluto de la 4T. Ni hablar, como decían las abuelas, Dios los hace, y el diablo los junta.