Cuando te consideras el centro del universo

Narcisismo, cuando te sientes el centro del universo FOTO: WEB
Pandemia acentúa narcisismo y salud mental
Pierden capacidad de escuchar; son piedras

Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / EN LA vida no todo es política; hay otros asuntos que en estos tiempos merecen atención y que, precisamente ahora, como consecuencia de la pandemia del Coronavirus que enfrenta el mundo, es necesario atender. En ese contexto, no es secreto que el brote del CoVid19 puede resultarle estresante a muchas personas. El temor y la ansiedad en torno a un mal que se desconocía y que ha demostrado ser mortal, pueden ser agobiantes y generar emociones fuertes tanto en adultos como en niños, y esos temores podrían incluir cambios en los patrones de sueño o alimentación, dificultades para dormir o concentrarse, agravamiento de problemas de salud crónicos o, incluso problemas de salud mental, sin desconsiderar el mayor consumo de alcohol, tabaco u otras drogas. Pero en algunas personas el Coronavirus ha desarrollado una tendencia temeraria que los induce a suponer que a ellos nada les pasará, y en ese tenor mandan un mal ejemplo al resto de la población desafiando, incluso, a las autoridades de salud que recomiendan quedarse en casa, usar cubrebocas si por alguna razón hay que salir, guardar la sana distancia y, sobre todo, cuidar al resto de la familia cuidándose a sí mismos. Se trata de trastornos mentales imperceptibles que, sin duda, causan enorme daño a esa sociedad que sí cree en la pandemia y sus efectos.

HAY QUIENES ya identifican en esas personas un trastorno de personalidad comúnmente conocido como narcisismo, y se acredita a sujetos que tienen un sentido desmesurado de su propia importancia, una necesidad profunda de atención excesiva y admiración, relaciones conflictivas con quienes no están de acuerdo con sus pensamientos y una carencia de empatía por los demás, aunque fingen lo contrario. Dicen los expertos que el narcisismo se caracteriza por los aires de grandiosidad e importancia que tiene la persona narcisista. Además, demuestra escasa empatía con las personas de su entorno al entablar relaciones –ya que nadie está a la altura de sus ideales-, pero necesita ser el centro de atención. Que el resto sepan que él o ella son lo más importante. Algunos expertos aseguran que las personas que sufren trastorno narcisista de la personalidad tienen un fuerte pensamiento de grandeza, son egocéntricos, tienen comportamientos arrogantes y soberbios. Su discurso suele ser autorreferencial, y requieren estar rodeados de aduladores incondicionales que les refuercen su idea de superioridad; en otras palabras, necesitan de los famosos aplaudidores.

SEGÚN EL reconocido Psicólogo Clínico, Santiago Bonomi, “los narcisos son egosintónicos, es decir, no reconocen su comportamiento como un problema y, por lo tanto, difícilmente buscan ayuda o transitan un camino terapéutico para mejorar, ya que sin la percepción de que algo anda mal, no hay nada que cambiar ni motivación para hacerlo”. Sostiene que las personas narcisistas se caracterizan por una gran necesidad de admiración y necesitan sentirse el centro de la escena, y según el especialista, “independientemente del grado de narcisismo, cuando el ego se agiganta, se nubla el sentido común, se pierde la capacidad de comprender a los otros y de disfrutar los vínculos”. (Que conste, no estamos describiendo a nadie en especial, esta es una colaboración con la que se pretende abordar un tema clínico y nada más. Cualquier parecido es mera coincidencia).

MÁS AÚN, el estudioso de la conducta humana dice que “el ego elevado complica la vida tanto del que lo padece como de los que lo rodean: pareja, hijos, amigos y hasta compañeros de trabajo”, por lo que Bonomi resume: “Es difícil convivir con alguien que cree que siempre tiene razón, que se la sabe todas, alguien que cuando se equivoca culpa a otros de sus errores, que necesita ser el centro de la escena permanentemente y que en general se aprovecha de las personas con las que se relaciona para conseguir lo que desea sin medir las consecuencias”. Lo paradójico es lo que el especialista señala como disparador de ese tipo de personalidades: “Es posible que una profunda inseguridad y una baja autoestima hayan provocado que estas personas construyan un sentimiento de superioridad como mecanismo de defensa, y que se ubiquen en ese lugar de gran omnipotencia, de saberlo todo y de estar por encima de los mortales para evitar experimentar su verdadera fragilidad y desvalorización”.

DESTACA, POR otra parte, que los narcisos son “en general negadores de la realidad; sólo podrían aceptar aquella que les devuelva una imagen positiva, lo que es un verdadero problema porque más tarde o más temprano ésta siempre se impone y lo hace de forma brusca y sin contemplaciones; cuando esto ocurre los costos que se pagan son altos. La realidad es como la gravedad, la aceptes o no, siempre te pone en tu lugar”. Otra característica relacionada con su propia inseguridad es la envidia, ya que el éxito ajeno es vivido como una amenaza que los opaca y les quita protagonismo. Si alguien cercano logra reconocimiento o se destaca en alguna actividad, los narcisistas sufren el peso de su propia inseguridad, se sienten amenazados y pueden reaccionar con comportamientos verdaderamente inadecuados”.

SI BIEN las personas con ese trastorno hacen sufrir mucho a la gente cercana, también corroen su propia vida, pues tienen que hacer grandes esfuerzos para mantenerse en ese supuesto pedestal de sabiduría y omnipotencia, y a la larga deben enfrentar el abandono ya que la familia y amigos se terminan alejando, lo que los condena a una vejez solitaria. Y es que el ego elevado complica la vida tanto del que lo padece como de los que lo rodean, y hay siete rasgos que definen a un narciso: 1.-Se creen superiores, pero no son nadie sin tu admiración y respaldo; 2.-Tienen la misma capacidad de escuchar que las piedras; 3.-La mayor parte del tiempo no viven en la realidad. Sus conceptos erróneos sobre sus capacidades los introducen en un mundo de fantasías y de poder sobre los demás. 4.-Si alguien cercano a un narcisista está pasando un mal momento, no le hará el mínimo caso. Pero cuando ellos se sienten mal sí buscan que los demás le brinden su apoyo; 5.-Los narcisistas no pueden mantener las manos lejos del timón. 6.-Si se apropian de ti y tus necesidades serás su marioneta y, 7.-Un auténtico narcisista nunca se identificará con esos rasgos. Para la persona narcisista las aspiraciones nunca son desmedidas. Si son el centro de atención, es porque lo merecen. En fin, ojalá sirva esta información clínica –que no política- tan necesaria en estos tiempos de angustia, pero también de desmedida auto estimación creyendo que nada nos pasará, y que si levantamos la mano el coronavirus desaparecerá como por arte de magia. OPINA [email protected]

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