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Todas tenemos ese deber

Brenda Caballero / –¿Pensaste lo que tu silencio implicaría para nosotras, para las demás?

–Rachel no es mi culpa.

–Me habría gustado que alguien me avisara que le interesan más que las piernas.

–Nadie tiene el deber de protegerte Kayla. –Todas, tenemos ese deber. No te entiendo, tú eres… tienes poder. ¿Por qué sigues obedeciendo viejas reglas? ¡Eres Megyn Kelly!

Éste es un diálogo de la Película “Bombshell”, en español “El Escándalo”, que trata de varias mujeres que trabajaron en Fox News y que acusaron a su fundador, expresidente y director ejecutivo Roger Eugene Ailes, de acoso sexual. El diálogo es entre Kayla (joven acosada por Ailes) y Megyn Marie Kelly, periodista y comentarista política famosa por que en 2015, durante un debate para las elecciones presidenciales, cuestionó a Donald Trump sobre sus comentarios sexistas realizados en twitter. Entonces…¿Preguntar a un candidato a la presidencia sobre decirle a las mujeres cerdas, perras, guarras y animales repugnantes y no reconocer públicamente haber sido acosada por su jefe?

II

Leo atentamente la columna de Álvaro Belín que titula La Justicia en Manos de Mujeres, donde cita a Verónica Hernández Giadáns, designada Fiscal del Estado de Veracruz; Clementina Salazar Cruz, Fiscal Especializada en Combate a la Corrupción; Sofía Martínez Huerta, Presidenta del Tribunal Superior de Justicia; Delia González Cobos, Auditora General del órgano de Fiscalización Superior, y a Mercedes Santoyo Domínguez, Contralora General del Estado, como las mujeres que ha puesto Veracruz para la persecución de delitos e impartición de justicia.

Continúa diciendo que no es una garantía que estén mujeres al frente para lograr que desaparezca la corrupción, aunque tienen madera para ello y termina diciendo “Ojalá que el sello femenino sea garantía en Veracruz de un cambio en la forma de llevar las riendas de la impartición de la justicia, la lucha contra la impunidad y el combate a la corrupción”.

Coincido con Álvaro, ojalá y lo sea y no nos pase como la tan anhelada paridad de género en el Poder Legislativo, pues a pesar de tener la mitad de mujeres en el Congreso, aprobaron el recorte de recursos federales al menos a 20 programas sociales de apoyo a las mujeres, es decir casi dos mil millones de pesos en planes y políticas públicas para la equidad de género, protección a los derechos humanos y prevención de las discriminación. ¿Dónde estaba la paridad que tanto pugnaban las mujeres y que no se ve reflejada en ellas y sí en las decisiones partidarias?

III

Como mujer, celebro la paridad de género, pero me pregunto todos los días ¿De verdad, está funcionando tener el 50 por ciento de mujeres y el 50 por ciento de hombres en los tres Poderes de Gobierno?

De acuerdo con el Índice de Mujeres, Paz y Seguridad 2019-2020 del Instituto de Georgetown, México se encuentra ubicado en la posición 103 de 167 países en cuanto a su inclusión económica, social y política, procuración de justicia y seguridad. Nos encontramos por debajo de Venezuela y Nicaragua.

Otras publicaciones como el US News&World Report 2019 nos pone en el lugar 60 de 80 países que miden el ranking de los mejores países para ser mujer. Y qué decir de los organismos internacionales que ven una gran brecha de género en la implementación de programas y leyes sobre nuestros derechos. Ya ni mencionar los diez feminicidios diarios.

IV

Lo sé, para muchas puedo pecar de falta de sororidad por las mujeres que ahora encabezan las principales áreas de justicia y rendición de cuentas. Incluso me dirán que apenas se está empezando a transformar y que no puedo ver cambios tan rápido. Sin embargo, como mujer, sí me preocupa la reclasificación de feminicidios por parte de la Fiscal del Estado. No espero con la llegada de una mujer a la Fiscalía que la justicia tenga género femenino, pues la justicia no lo tiene, pero sí espero una mejor investigación de los asesinatos a mujeres, con los protocolos que marcan los organismos internacionales y no una reclasificación para que seamos el estado menos feminicida.

Ojalá y todas las mujeres que hoy encabezan dependencias y organismos municipales, estatales y federales no obedezcan viejas reglas, pues ellas tienen el poder de cerrar la brecha de género. Todas tenemos ese deber.

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