Como una solución extemporánea o como si le pusieran un curita la herida o si trataran de quitar un fuerte dolor de cabeza con un Mejoralito, así consideran varios analistas la respuesta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) a la pandemia del coronavirus. Algunos creen que la respuesta sólo fue por encimita, que sólo se trató de un proceso administrativo. Y es que esta contingencia sanitaria que obligó a que millones de alumnos se resguardaran en sus hogares y que la educación presencial pasara a ser virtual, no parece ser tan efectiva.
La evaluación de aprendizajes esperados y el repaso de conocimientos enciclopédicos considerados duros por algunos pedagogos, no representa ningún cambio sustancial. El propio Díaz Barriga destacó que la SEP tuvo una «respuesta creativa-administrativa para el regreso a clases, considerando las condiciones del país, pero no hubo una salida creativa-pedagógica». Y es que la SEP sólo impulsó el programa “Aprende en Casa” por medio de señal televisiva y conminó a los docentes a dar sus clases en línea mediante aplicaciones que permiten interactuar por línea con los alumnos.
Por otro lado, Gil Antón remarca la ausencia de consenso con los maestros en la decisión de regresar a clases de acuerdo con el calendario impuesto por la SEP. Lo cierto es que la SEP que dirige Moctezuma Barragán deberá plantearse la necesidad de una verdadera revalorización de sus planes y programas y adaptarlos a una nueva normalidad que exigirá fortalecer la enseñanza en línea. No hay de otra, los nuevos tiempos lo exigen.
Comentarios