Ha quedado claro que la curva no se aplanó, pues si desde la semana del 10 de mayo se hubiera dado tal efecto, a estas alturas el número diario de contagiados y el número de muertos estaría disminuyendo. Sin embargo, nada de eso ha sucedido. Este 26 de mayo, veinte días después de que se pronosticara que la curva de contagios se aplanaría, los reportes de la propia Secretaría de Salud son los siguientes: 74 mil 560 contagios confirmados desde el 28 de febrero; 3 mil 455 nuevos contagios en 24 horas. Contagiados activos suman 14 mil 718.
En el caso de los fallecidos ya son ocho mil 134, 501 fallecidos en 24 horas. Esto definitivamente no es aplanar la curva. En este día se dio el número más alto de fallecidos, así como el número más alto de contagiados en su sólo día. Es por ello que no se entiende por qué el gobierno federal insiste en que el 1 de junio iniciará el fin de la cuarentena en algunos municipios.
No entiende el gobierno federal que este tipo de anuncios sólo provoca que las personas salgan a la calle sin medidas de precaución pues en su mente pasea la idea de que ya vamos de salida. Pero no vamos de salida, el pico de la epidemia en México todavía está por llegar. No extraña que ahora, casi tres meses después, el doctor López-Gatell recomiende por fin el uso de cubrebocas.
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