Lo único que hace el padrino es que todos en la fiesta tengan presente los defectos de la quinceañera; en la mente de los invitados no sólo queda mal el padrino, que pretende ocultar los defectos de la celebrada, sino que hace quedar mal a la misma celebrada. Sirva este ejemplo para demostrar que López Obrador no le hace ningún favor a Cuitláhuac García cuando lo llama “persona honesta y limpia”, pues ha quedado muy claro en la mente de los veracruzanos que el gobernador de Veracruz se ha portado con deshonestidad en varios momentos.
No se puede llamar honesta a una persona que negaba que el subsecretario de Finanzas era su primo, cuando lo era; no se puede llamar limpia a una persona que mantiene en su gabinete a varios funcionarios que, ha quedado demostrado, están robando a los veracruzanos. No se puede llamar honesto y limpio a alguien que miente con total descaro. Cuitláhuac García es como la quinceañera casquivana a la que el padrino llama pura y virginal; lo que hace AMLO es destacar los defectos del gobernador veracruzano.