¿Qué fue lo que pasó? Carmen Aristegui, con la bendición de López Obrador habría de convertirse en la comunicadora favorita de la 4T. El propio presidente la recomendó públicamente, pues durante mucho tiempo Aristegui abrió los micrófonos a un candidato denostado por los medios oficialistas. Pero de un día para otro todo cambio. ¿Por qué? Porque Aristegui no aceptó su papel de palera institucional, no está aplaudiendo sin cortapisas las acciones de un gobierno que está cometiendo errores; Aristegui está criticando a la 4T y eso no se le perdona, hasta la califican de ingrata.
Es por ello que las mismas huestes de la 4T se han dedicado a golpear mediáticamente a la comunicadora, metiéndose incluso con su vida personal. ¡Vaya bajezas! El periodista Raymundo Riva Palacio describe a esas huestes: “A diferencia de los sicarios del régimen, en particular quienes encabezan los nodos de odio en el entorno de López Obrador, todos los que nos dedicamos a esta profesión damos la cara, no nos escondemos detrás el cobarde anonimato y enfrentamos las consecuencias.
Una de ellas, la rabiosa furia con la que combaten al periodismo independiente, con bajezas de mal nacidos, como en los ataques personales a Aristegui”. Lo que agrava esta situación es que este gobierno llegó pregonando una nueva moral, una ética diferente. Pero su actuar es lo que los acusa.
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