Juan David Castilla Arcos / Xalapa, Ver. Miguel tiene 68 años y se viste como un payaso para pedir dinero en cruceros de Xalapa.
Una peluca con rizos de colores verdes, azules, rojos, amarillos y anaranjados cubre su escasa cabellera.
Porta un cubrebocas, cuyo dibujo corresponde a la boca y nariz de un payaso risueño.
Utiliza dos aros de casi un metro de diámetro para lanzarlos al aire y hacer malabares, en busca de una moneda.
El señor se instala con frecuencia sobre el circuito Presidentes, a la altura de la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV), en un horario de 9:00 a 18:00 horas.
Casi todos los días se traslada de su domicilio, en la congregación El Castillo, hasta dicha avenida.
Desde antes de la pandemia se le dificultaba tener trabajo por su edad.
Aunque percibe una pensión bimestral del programa federal 68 y Más, misma que asciende a los 2 mil 600 pesos, el monto no le alcanza para mantener a su familia y cubrir los gastos de renta.
«Algunos automovilistas prefieren subir sus cristales para evitar contagios. Pasaron los de protección civil y les expliqué que yo necesito salir a trabajar que ya nadie me quiere dar trabajo de recortar su jardín, que ya no sirvo de ayudante de chalán y que no hay trabajo, ellos me dijeron que puedo estar en los semáforos pero que tenia que tener un cubrebocas», comenta.
El adulto mayor es vulnerable a la fatalidad del COVID-19; sin embargo, tiene que seguir su actividad en los cruceros de Xalapa, para juntar unos pesos y poder comprar alimentos.
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