Y es que, no resulta congruente que en el mes de noviembre, a iniciativa del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, aprobaran la revocación de mandato para que se pusiera en la balanza las acciones del Ejecutivo federal. Sin embargo, en Veracruz, Cuitláhuac García tuvo pavor a ser evaluado. Resulta cierto que el staff del gobernador sabe que el hijo del profe Atanasio se encuentra entre los perores gobernantes del país. Su índice de aprobación está a la baja, bueno en realidad nunca ha estado arriba.
El enojo de los que saben de política dentro de Morena es con motivos bien fundados, ya que esta ley electoral jarocha seguramente será echada abajo en una controversia constitucional y ahí será donde la oposición se anotará una verdadera victoria olímpica. Y, pues mientras son peras y son manzanas, Cuitláhuac García tarde o temprano tendrá que responder por las tropelías de su consentido Zenyazen Escobar, de Ramos Alor y de las cochupos de su primo que no es primo Eleazar Guerrero. No por algo tuvo miedo a ser evaluado por los veracruzanos.