Según los ciudadanos de estos poblados, mientras ellos duermen los elementos de seguridad rocían en las calles el coronavirus. Fue mediante el WhatsApp que la falsa noticia se esparció más rápido que el mismo Covid-19. Según la cadena desinformativa que se envió a todos los pobladores de Zitácuaro y Jungapeo, el químico que rocían las autoridades no es en realidad un desinfectante como tal, sino le virus.
Tras esto los ciudadanos se indignaron y como respuesta cerraron las carreteras para que los militares de la Guardia Nacional no entraran. No obstante, los uniformados intentaron razonar con los inconformes aclarándoles que todo se trataba de una información falsa, que no era cierto lo que habían leído. Sin embargo, los protestantes estaban firmes en sus creencias y se negaron a dialogar; se desconoce cuándo se abrirán nuevamente las carreteras.