Iván Daniel Montero García / España, junto a Estados Unidos e Italia, ha sido el país más golpeado por la Pandemia del Coronavirus, por lo que por primera desde hace casi 50 días atrincherados en casa para combatirlo, el Gobierno Español dio un alivio y permitió la salida controlada de los ciudadanos desde el 2 de mayo en diferentes franjas horarias para evitar coincidir todos en la calle.
En un galimatías de indicaciones que pocos entienden o, mejor dicho, pocos quieren entender para estar más tiempo en la calle, se consintió la salida de niños, jóvenes, adultos y mayores de 65 años.
Ese primer sábado de desconfinamiento todos eran deportistas, aunque más que eso, parecía que la mayoría buscaba una excusa para salir una hora de su domicilio a una distancia más lejana, ya que si solo salías a dar un paseo las reglas impuestas por el gobierno marcaban que no podías alejarte más de un kilometro de tu domicilio.
En ese contexto donde la mayoría de la gente estaba ávida de salir a la calle y regresar a la normalidad pre coronavirus, sucedieron ciertas acciones en algunos sitios de toda España que indignaron a más de uno, los casos más visibles fueron en los barrios madrileños de Lavapiés y Malasaña.
El 2 de mayo se celebra la festividad de toda la Comunidad de Madrid y las calles se abarrotaron de personas para festejar dicha fiesta. Miles de almas, en su mayoría jóvenes, salieron a las calles bebiendo mahous, bailando al ritmo de Rosalía y haciendo poco caso a la distancia social o como se dicen en México, la sana distancia.
Las imágenes eran parecidas a las mostradas hace unos días en México, específicamente en Ecatepec, donde en medio de la pandemia se realizaban fiestas en las colonias, y que a la postre se señalarían como una de las causas de las imágenes del hospital General Las Américas.
El camino hacia la nueva normalidad, como lo llaman aquí, se complica, a eso hay que añadir que el plan para llegar a ello es más confuso que las reglas para salir a la calle. La nueva normalidad se alcanzará luego de pasar por 4 fases, las cuales serán asimétricas, es decir, que cada zona geográfica en España irá a un ritmo y fechas diferente.
En este momento la mayoría del país se encuentra en la Fase 0, el próximo 11 de mayo entrará a la Fase 1 casi el 51 por ciento de la población, excepto los sitios donde no han bajado las defunciones ni los contagios como Madrid o Barcelona.
Y parece que en las dos principales urbes españolas no cambiará, al menos en breve. A pesar de que se ha dicho hasta el cansancio la posibilidad factible de un rebrote si no se siguen las reglas, en las playas se pueden observar grupos de jóvenes y adultos tomando su estrella y fumando su porrito, lo cual está prohibido, y no me refiero a beber y fumar, sino a congregarse con más de 2 personas.
La gente está inquita y quiere volver al trabajo por ello en la primera fase se abre el pequeño comercio, se podrá hacer cita para la peluquería, los bares y restaurantes podrán abrir sus terrazas con un 50 por ciento de su capacidad y hasta ese entonces se podrán reunir hasta 10 personas guardando la distancia social, entre otras medidas, todas ellas destinadas a reactivar la economía.
Sin embargo, acá tampoco se salvan de hacer énfasis, un día sí y el otro también, de los errores que se comenten. Se ha criticado que no existen indicadores claros ni visualización de quiénes toman la decisión de pasar o no de fase, debido a esto, la tregua política entre el gobierno y los partidos opositores se ha roto.
A diferencia de otros países como Italia o Francia, donde este tipo de Estado de Emergencia dura 6 y 2 meses, respectivamente, Pedro Sánchez debe acudir al Parlamento cada quince días a pedir una prórroga del Estado de Alarma, que entre otras cosas, permite que el Estado se haga cargo de las nóminas de los trabajadores que se desenvuelven en una actividad económica afectada o paralizada por el coronavirus.
Cada quincena le es más difícil que se acepte dicha prórroga y va perdiendo apoyos ya que no tiene mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. La fecha del fin de esta última prórroga del Estado de Alarma es el 25 de mayo, pero de acuerdo a las previsiones del gobierno, la cuarta fase, cuando se llegue a la nueva normalidad, se dará como muy próximo la última semana de junio y para ciudades como Madrid o Barcelona a mediados de julio.
De la misma forma, se empieza a tensar la relación entre la población, pero especialmente con el sector turístico –principal actividad económica– y el gobierno. Se pide una apertura inmediata de este sector como en Suecia o Alemania, ya que abrirla por partes conllevaría a que los negocios no sean rentables, debido a que la reapertura de estos servicios significa perder las ayudas del gobierno para el pago de nóminas, pero al no tener capacidad total de apertura sería imposible tener ingresos para hacerse cargo tanto de los honorarios de los trabajadores como de impuestos, renta y demás insumos, ha señalado la patronal de turismo.
La nueva normalidad se empieza a sentir ya, si alguien se te acerca mucho o te quiere saludar con el típico beso en cada mejilla, la gente te mira de manera extraña, asimismo, se hacen común las filas afuera de los supermercados para no abarrotar ese lugar esencial pero de espacio reducido, el uso de mascarillas se hace más recurrente en la calle y ya es obligatorio en el metro o en el bus, el gel desinfectante, no tocarse la cara, fútbol sin gente en los estadios, y largo etcétera. Así será la normalidad de aquí en adelante, la forma en cómo nos comportábamos con anterioridad parece que tardara en volver, si es que algún día lo hace.
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