En la fábula del sastrecillo valiente se refleja el miedo a contradecir al que ostenta el poder, en este caso al rey. Resulta que el rey quería un traje especial, que nadie hubiera tenido. Para eso encarga el traje al sastre del pueblo, desde luego que, si el traje no complacía al monarca, este perdería su vida. Para eso el sastre hace creer al monarca que su traje está hecho con una tela que solo los inteligentes y sabios pueden ver, el monarca se convence de ello. Sus aduladores y fieles súbditos, aunque no ven el traje y solo observan a un rey mostrando su desnudez, asienten con la cabeza su aprobación y hacen creer al monarca lo hermoso que es su traje.
Algo similar le está pasando al flamante Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, quien afirmó que se regresará a clases con un sistema educativo adelantado a su tiempo, dos o tres años, porque la respuesta de docentes y alumnos a esta nueva experiencia a distancia ha sido espectacular.
Solo los queda bien, o los que no quieren contradecir al secretario de educación, le seguirán la corriente. En los hechos los propios maestros saben que muchos alumnos solo se la pasaron encerrados en sus casas, sufriendo las limitaciones de los servicios básicos. Muchos no cuentan con hogares con piso de cemento, no tiene drenaje, luz eléctrica, computadoras, mucho menos el caro servicio de internet.
Es cierto que hay disposición del magisterio, pero existen obstáculos que les impide estar en contacto con sus alumnos por línea de internet. Por esa razón, lo dicho por Estaban Moctezuma, en la Junta Nacional Virtual con la Comisión de Educación de COPARMEX, donde señala que el sistema educativo nacional no se paralizó ante la pandemia de COVID-19 y las estrategias implementadas durante el aislamiento servirá para el futuro de la educación en México, solo lo asemeja a un rey desnudo que quiere hacer creer a los demás de una realidad que solo existe en su imaginación.
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