Todo esto es lo que investigó y denunció Ahued y se esperaba que Raquel Buenrostro, directora del Sistema de Administración Tributaria diera el golpe maestro y metiera a la cárcel a Abel Cárdenas Lara y Guillermo César Calderón administradores de las aduanas de Tuxpan, Veracruz y Progreso, Yucatán. Por cierto, Abel Cárdenas Lara tenía poco tiempo de ser oficialmente director de la aduana de Tuxpan, aunque estuvo trabajando para el anterior administrador de aduanas desde que éste llegará.
Oficialmente se emitió el siguiente boletín: «Estimados clientes: Sirva el presente para hacer de su conocimiento que, a partir del 16 de agosto del presente año, asumió oficialmente el cargo de Administrador de la Aduana de Tuxpan, el Lic. Abel Cárdenas Lara. Lo anterior, a fin de que todas las promociones que se dirijan a la Aduana, puedan enviarse formalmente a su nombre».
¿Quién puso este sujeto que se corrompió como director de la aduana de Tuxpan? Fue Ricardo Peralta, el anterior director de Aduanas, actual subsecretario de Gobernación, protegido de Olga Sánchez Cordero. Por cierto, ¿procedió Raquel Buenrostro en contra de los directores de aduanas señalados de corrupción? No. Mejor prefirió enfermar a Ricardo Ahued de coronavirus.