Esto creo un dilema ético y práctico, pues en este momento de la fase 3 de la pandemia de coronavirus, algunos jóvenes, no todos afortunadamente, están mostrando un desprecio pleno a la vida de los demás. Se arriesgan a contagiarse y contagiar a los demás con el argumento egoísta: «Dejen vivir la vida a uno, si nosotros nos queremos morir si nosotros nos queremos contagiar pues es muy nuestro problema, vaya, no vamos a ir a sus casas a contagiarlos como dicen». Lo que estos jóvenes egoístas no saben es que el problema no es de ellos, como dicen, el problema es del sistema de Salud que se verá saturado.
El problema es que a alguien se le ocurrió que, ante una situación de elección, un adulto de 60 o 70 años sería descartado para que le brinden un ventilador, porque se lo tendrían que dar a un joven que pregona: «Si nosotros nos queremos morir si nosotros nos queremos contagiar pues es muy nuestro problema». Que bien que ya lo pensaron mejor, y echaron esa guía bioética a la basura.