Al parecer, ante la ausencia de una autoridad que ponga en su lugar a los vividores de la necesidad, están brotando de sus cloacas los políticos que sólo buscan lucrar políticamente con las consciencias de los veracruzanos. Y es que, parafraseando a la magistrada Yolanda Cecilia, «ya cualquier pendejo reparte despensas». Lo hace Ana Miriam Ferráez, lo hace Bingen Rementería, hasta el Bola Ocho anduvo repartiendo gel antibacterial; todos lo hicieron en plena cuarentena, sin tomar las medidas sanitarias adecuadas.
Pues otro que no se quiso quedar atrás, y al ver que Cuitláhuac García es un gobernador ausente, es Ernesto Cuevas quien, a pesar de ser subprocurador de Medio Ambiente en el gobierno de Cuitláhuac García, se fue a repartir despensas a Juchique de Ferrer; haciéndose pasar como dadivoso, como el mecenas, como el gran benefactor. Pero él es funcionario púbico en activo, no puede andar en esas labores, entregando despensas que, seguramente, como en el caso de Ana Miriam Ferráez, ni siquiera salieron de su bolsillo.
La que se le puso enfrente fue Lizbeth Portilla Gumecindo, alcaldesa de Juchique de Ferrer, quien señaló que un funcionario en activo como él no puede andar lucrando políticamente con la necesidad de la gente y mucho menos ponerlos en riesgo en tiempos del coronavirus. Pero claro, muchos medios pagados por Ernesto Cuevas están volteando la tortilla, haciendo ver que quien tiene razón es el Gallo Bolo, quien, ya sabemos, es un verdadero “bandido” que sólo busca quedar bien con la gente para después cobrarles con el voto. ¡Poca madre!
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