El periplo español para mitigar el Coronavirus (II)

El periplo español para mitigar el Coronavirus FOTO: IVÁN DANIEL MONTERO GARCÍA
- en Opinión

Iván Daniel Montero García / Ningún país parece tener una fórmula para salvarse de la crisis sanitaria pero tampoco parece que la tengan en el aspecto económico. El Estado Español se ha hecho cargo de la nómina de cientos de miles de trabajadores en las últimas semanas.

En España existe un seguro de desempleo, el cual el gobierno ha facilitado a todas las empresas pequeñas y grandes a hacer uso de este flexibilizando los requisitos y que los trabajadores que no pueden hacer su trabajo digitalmente cobren esta prestación que paga un máximo del 70 por ciento del total del salario.

Empresas como Burger King para ponerlo en perspectiva, tuvo que cerrar todas sus sucursales y mandó a 15 mil de sus 16 mil trabajadores a este seguro de desempleo.  Otra empresa gigante como Zara (Inditex) ha desistido de mandar a sus trabajadores al seguro de desempleo y continuará pagando el sueldo de sus más de 25 mil trabajadores. No se esperaba menos de Amancio Ortega, que según Forbes, tiene una fortuna de 55 mil millones de dólares y se ubica como el sexto más rico del mundo.

Obviamente lo más afectados son las micro y pequeñas empresas que tendrán que hacer uso de créditos, eso sí, facilitados por el Estado a través de los bancos con intereses muy bajos, para sobrevivir. También afectados los que viven del turismo, principal actividad, ya que parece que en bastante tiempo no se volverán a ver atiborradas las calles como antaño.

La vuelta a la normalidad

Hasta el momento, el confinamiento en España está programado a durar hasta el 26 de abril, sin embargo, parece que se extenderá hasta mayo como lo han hecho otros países europeos como Francia e Italia. A partir de ahí se irán quitando gradualmente estas medidas que han puesto en jaque la economía europea.

Finalmente, hay un sector que mira con recelo las medidas tomadas por ser arcaicas en un mundo digitalizado. Acciones “medievales” como el cierre de fronteras o la limitación de derechos fundamentales como el libre tránsito con la meta final de combatir el contagio masivo.

En los países asiáticos, por ejemplo, también limitaron derechos fundamentales, pero estos fueron los de la privacidad digital. Eran vigilados en todo momento, y aun más, los contagiados o sospechosos de haber contraído el virus. En Corea del Sur los confinados o en cuarentena no eran todos sino solo los enfermos.

Los europeos se muestran reticentes a ser vigilados de esa manera. Les parece inverosímil que los sigan por el GPS de su celular, o sean escuchados por el micrófono de su laptop o por las cámaras de seguridad pública y privada. A pesar de que estas prácticas ya se llevan a cabo de manera discrecional por empresas privadas o gubernamentales.

¿Qué tipo de restricciones a los derechos humanos sirve más para detener esta pandemia? Parece que en China y Corea del Sur ha funcionado mejor la segunda.

Lo que sí es cierto es que esta crisis cambiará la concepción de la realidad que conocemos. Todos los ciudadanos del mundo estamos siendo vigilados de manera voluntaria o no. Estamos pegados a una pantalla –de tv, celular o computadora– informándonos de lo que los gobiernos quieren que nos informemos. Hablan de guerra y un enemigo común: El Coronavirus. El mundo orwelliano ya nos ha alcanzado.

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