Rachel Brummert, una mujer originaria de Carolina del Norte, con la rápida propagación de la pandemia del Covid-19 en los Estados Unidos, tomó medidas necesarias para evitar el contagio. La mujer, asustada por el no saber qué pasaría, acató todas las medidas de sanidad posible y después tres semanas que empezaran los contagios masivos, Brummert se encerró en su casa teniendo cero contactos con gente del exterior, incluso, según ella, tuvo el más mínimo contacto con miembros de su familia. De hecho, la mujer le pidió a su esposo que pusiera su cama en otra habitación, con el fin de tener una sana distancia incluso dentro de su domicilio.
Desde ese entonces Rachel Brummert no salió de casa por ningún motivo; el miedo que sentía de contagiarse si salía era más grande que otra cosa. No obstante, el temor de la estadounidense se hizo realidad, pues el pasado jueves 9 de abril, a Rachel Brummert le dio gripa y acudió al médico para checarse y hacerse la prueba del Covid-19, entonces todos sus miedos se hicieron realidad; la estadounidense dio positivo en su prueba.
A pesar de haber tomado todas las medidas sanitarias que emitió el gobierno para evitar contagiarse, Rachel Brummert enfermó. Según ella, piensa que se contagió luego de haber pedido un paquete de comida a domicilio, el cual ella recibió pero que asegura no tuvo contacto con el repartidor. Sin embargo, Rachel Brummert no recogió el paquete con guantes; los doctores piensan que en la bolsa o el paquete donde enviaron la comida pudo haber sido transportado el virus y contagiado a Rachel Brummert.
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