Alberto Calderón P.* / El cuerpo se puede analizar desde varias aristas, una de ellas es por la variedad de sus elementos, de ellos el 99.1% lo constituyen tres gases hidrógeno, oxígeno y nitrógeno, aderezados con carbono, calcio y fósforo, el resto de los 59 elementos en total los tenemos en proporciones tan pequeñas algunas de ellas como una parte en fracción de mil millones.
Una proporción de 61% de nosotros es oxígeno, -más de la mitad-, un gas liviano que forma parte de la atmosfera, sin color o sabor, es una de las principales sustancias necesarias para la vida en la tierra. Con esa cantidad deberíamos ser livianos, casi flotaríamos sobre la tierra, pero nos ancla a ella otro elemento el hidrógeno que combinado con el primero lo tenemos en proporción de un 10% y de la fusión de los mismos resulta el agua, que esa sí, es pesada.
La cantidad de agua que cada ser humano tiene varía con la edad, el peso corporal, un adulto debería tener en promedio un 65% de agua en su cuerpo, pero esa misma persona al nacer pudo haber tenido hasta un 78% del vital líquido, si fue niña al llegar a la adultez tendrá un 50% aproximadamente y si es del sexo masculino andará en promedio de 65%.
Por lo general una persona mientras más tejido adiposo tenga en su cuerpo menor cantidad de agua tendrá ya que el tejido graso es de los que menos contienen agua. La mayor parte del agua que se encuentra en el cuerpo está en el interior de las células, dos tercios aproximadamente, el resto del agua repartida en forma homogénea entre los diversos órganos y tejidos, el 90% de la sangre esta integrada por agua, el cerebro y los pulmones también están formados en un 80%, la piel un 65%, en los huesos también tenemos un 30%, todas estas mediciones son aproximados, varía dependiendo del sexo y la constitución física.
Nos sirve para las funciones esenciales y podamos vivir: nos ayuda a disolver los nutrientes que entran al cuerpo, los transporta, provee de oxígeno a las células, lubrica nuestras articulaciones, regula la temperatura interna del cuerpo, además de las muchas funciones que hace en forma de saliva, sudor, mucosidades y otras maravillas del cuerpo, también para digerir y eliminar sustancias de desecho por medio de la orina o el sudor como lo menciona P. E. Watson y R. D. Batt de la Academia de Oxford en un artículo de investigación que publicó la Jornada Americana de Nutrición Clínica.
Un estudio de la Universidad de Connecticut menciona la pérdida de la capacidad cognitiva que se puede sufrir por el impacto de la deshidratación, el resultado arrojó que las mujeres son las más afectadas al disminuir su capacidad de alerta, concentración limitada, fatiga. Los hombres también presentaron pérdida de memoria a corto plazo, cansancio, tensión.
El Centro de Salud McKinley ofrece varias recomendaciones para el consumo de líquidos, nos encontramos en el inicio de la primavera y el calor va en aumento cada día por lo que se hace necesario el consumo de líquidos, menciona que se debe ingerir en sorbos pequeños de forma intermitente y no de largos tragos, la orina le indicará si se está hidratando bien, mientras más clara mejor. Si está tomando medicamentos los riñones y el hígado requerirán de una cantidad extra de agua. Tome agua antes de tener sed, si esta aparece es una señal de que se encuentra deshidratado. ¡Ánimo queridos lectores!
* Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO)
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