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López Obrador, saludar a los familiares de los victimarios, pero no a los familiares de las víctimas

En enero de 2020 inició lo que se llamó la “Caminata por la Verdad, Justicia y Paz”, encabezada por Sicilia y los miembros de la familia LeBarón, quienes habían perdido recientemente en un atentado a varios de sus miembros en una emboscada. La marcha salió de la ciudad de Cuernavaca rumbo a la Ciudad de México con la pretensión de ser recibidos por el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional. Sin embargo, el presidente de México tomó la determinación de no recibir a los familiares de las víctimas, «para no hacer un show, un espectáculo. No me gusta ese manejo propagandístico», dijo.

No recibió López Obrador a los familiares de las víctimas, ni siquiera les envió un saludo solidario. No obstante, en su visita a Badiraguato, Sinaloa, la tierra de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el presidente de México hizo un alto en el camino, bajó de su camioneta y caminó hasta la camioneta en la que se encontraba María Consuelo Loera Pérez, madre de “El Chapo” Guzmán. María Consuelo le insistió a que fuera, tal vez a que subiera en la camioneta para platicar con él.

López Obrador le pidió que no se bajara, la saludo y le aseguró que ya había recibido su carta. No recibe ni saluda el presidente de México a los familiares de las víctimas, pero sí a la madre de uno de los hombres que más vidas segó en la cosecha de la guerra contra el narcotráfico. Los seguidores de López Obrador no ven la manera de defenderlo; los detractores de AMLO no están perdiendo la oportunidad de exhibirlo. Como diría el filósofo Juan Gabriel: “¡Pero qué necesidad!”.

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