Cuitláhuac García sabe que, gracias a su desatinada gestión al frente del gobierno de Veracruz, las elecciones federales del 2021 están en riesgo para él y para Morena. Pero no sólo ha sido desatinada su gestión, ha sido completamente desastrosa. En el gobierno de Veracruz impera el nepotismo, y los electores lo saben; impera la corrupción y los electores lo saben; impera el saqueo de Eleazar Guerrero, el “Javier Duarte” de este sexenio, y los electores lo saben; impera la incompetencia y los electores lo saben; impera la estulticia de un gobernador caprichoso y los electores lo saben.
Es por ello que ante ese riesgo, el gobernador Cuitláhuac García ha decidido tomar medidas para evitar un desastre que pondría en riesgo la presidencia de la República para Morena en el 2024. Disfrazado de estadista austero, García Jiménez envió al Congreso del Estado una reforma constitucional para recortar alrededor de 500 millones de pesos a todos los partidos políticos para el proceso electoral del 2021.
Con la deshonestidad que ya lo caracteriza argumentó: «Queremos conminar a partidos, a gente de la política, a que nos ayuden a diseñar un esquema de ahorro en el gasto electoral (…) Cómo hacerle para que tengamos elecciones y el gasto no sea tan disparado como el que aquí estaríamos proyectando». Pero los veracruzanos ya midieron al gobernador y lo hallaron defectuoso, por lo que las elecciones del 2021 serán un desastre para él y su partido, hagan lo que hagan.
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