No es ninguna novedad que los campesinos de la zona norte de Veracruz aprovechen la Cumbre Tajín para manifestar su inconformidad. En primer lugar, porque el gobierno siempre utiliza la cultura de ellos para hacer un negocio redondo, donde la venta de bebidas alcohólicas es más importante de las tradiciones.
Pero siempre ha habido diálogo, no se habían visto los golpes. ¡Qué curioso, el gobierno de los besos y los abrazos, el que había dicho que no se iba a usar la fuerza para reprimir a los manifestantes ha sido el único que privilegio el garrote en lugar del diálogo! ¿Qué querían los campesinos que se manifestaban? Ensangrentados dijeron que sólo pedían que se cumplieran los compromisos, las promesas que les habían hecho. “Los programas que tiene el estado puro hablar, y no resuelven nada. Tuvimos necesidad de venir aquí. Veníamos a resolver lo que ya nos habían prometido”, pero en lugar de diálogo les dieron garrote.
El video que circula en redes sociales es muy claro. Los policías tenían orden de golpear, reprimir y detener a los que se manifestaran. Incluso, cuando la policía montada y los elementos de Hugo Gutiérrez Maldonado tenían el control de la entrada, los policías todavía andaban como perro tras los despojos, buscando a quien golpear. Incluso los periodistas que tomaban fotos o grababan lo sucedido eran amenazados. Cumbre Tajín, una fiesta que pretendía dignificar y preservar las costumbres y riquezas de la región del Totonacapan, pero que terminó partiéndoles la madre a los pobladores.
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