Sin embargo, Carlos Torres Ramírez fue denunciado por una alcaldesa de andar pidiendo moches para que la dependencia le asignara obras a su municipio. Fue por esa razón que Rolando Ramírez debió quitar a su particular de confianza. ¿Cómo solucionar el asunto? Pues lo primero que se le ocurrió a Rolando Ramírez fue poner a su cuñada, la esposa de su hermano Rodolfo Ramírez Sánchez. Es cierto que Isabel Muñoz, cuñada del subsecretario de Desarrollo Regional aparece en nómina como analista.
Sin embargo, en esa dependencia todos saben que de facto la cuñada ella es la que lo acompaña a las reuniones de trabajo, le maneja la agenda y “atiende” a los alcaldes que acuden a esa dependencia, de la que por cierto salen millones de pesos en recursos para los municipios. Por supuesto, el descarado nepotismo que se da en este caso es pasado por alto, pues si el gobernador puede poner a su primo hermano para que le maneje los dineros de la familia García Jiménez, por qué no poner a la cuñada a que maneje los dineros de los Ramírez Sánchez.