Francisco Vargas / Hace aproximadamente 5 años nadie hubiera creído que el recién creado partido político de López Obrador hoy tendría en sus manos la Presidencia de la República y la mayoría en el Poder Legislativo, ya que sólo bastó ese tiempo para que el hoy Presidente de México arrasará en las elecciones y gozará las mieles del poder que durante más de 18 años estuvo persiguiendo.
Sin embargo, habría que analizar qué fue lo que hizo Andrés Manuel y su partido para concretar su victoria política-electoral en tan sólo 5 años. Comenzando por mencionar que MORENA alcanzó su registro gracias a los miles de militantes que migraron del PRD (el antiguo partido de AMLO), los cuales que sirvieron como capital político para realizar asambleas en todo el país. Hecho que dejo al partido del sol azteca al borde de la pérdida del registro.
Al año siguiente MORENA compitió como partido político nacional en los estados donde se realizaron elecciones, entre los que destaca Veracruz, donde logró obtener un decoroso y nada despreciable tercer lugar en ese entonces. Dos años después, en 2018, MORENA se perfilaba ya como la principal fuerza política de México, sobre todo gracias a la mala gestión del Gobierno de Peña Nieto, lo que provocó el hartazgo de la mayoría de los mexicanos quienes creyeron ver entonces como una opción viable el proyecto de “Juntos Haremos Historia” liderado por MORENA y el Partido del Trabajo.
Después de 18 años, López Obrador estaba a punto de lograr alcanzar un sueño que no pudo obtener con sus compañeros izquierdistas del PRD y si con aliados de infinidad de partidos que brincaron a su movimiento para apoyar la enorme ola que parecía y fue imparable. En casi los 32 estados del país, el recién aprobado partido MORENA simplemente aplastó a sus adversarios en las elecciones Presidenciales, lo que también causó que llegarán al poder sujetos como el futbolista Cuauhtémoc Blanco como gobernador de Morelos, el actor Sergio Mayer como diputado federal, la periodista Lilly Téllez como Senadora y una infinidad de personajes a lo largo y ancho del país que gracias a su fama o popularidad, lograron asegurar la victoria de la hoy llamada “4T”.
Definitivamente la abrumadora victoria del movimiento “Obradorista”, no se hubiese podido concretar en muchos estados del país, sin las alianzas y la suma de políticos que en su momento militaron tanto en el PRD, PRI, PAN, PVEM, etc, y acarrearon sus simpatizantes a la bolsa de votos de MORENA.
Y es hoy cuando los medios de comunicación y el propio electorado nos percatamos de las consecuencias de esas improvisadas alianzas, las cuales están cobrando un alto precio en la administración pública federal, estatal y local de muchos estados y municipios donde gobierna y tiene el poder la 4T. Palacios de Gobierno, Ayuntamientos y Congresos Locales llenos de nepotismo, ineptitud y negligencia, pues es que esos favores que se hicieron en la elección, por supuesto que no fueron gratis, lo cual hizo que hoy estén detrás de un curul personas sin preparación, recomendados y familiares de operadores políticos o empresarios que al mismo tiempo se llenan las manos de millones de pesos en ganancias gracias a los contratos sin licitación que hoy obtienen de los gobiernos morenistas. Son situaciones como las ya mencionadas, aunada a la ausencia de cualquier tipo de autocrítica, las cuales tienen hoy al Presidente López Obrador con su más baja aprobación en lo que va de su gobierno, lo cual genera que vaya de error tras error, haciendo colapsar la estabilidad económica y política de México. Dejando ver que ni MORENA ni Andrés Manuel estaban preparados para obtener una responsabilidad de ese nivel. Bastaron 15 meses para que no fuera ni la oposición, la prensa o los empresarios, si no ellos mismos, quienes pusieran en alto riesgo su credibilidad y preferencia electoral el año que viene.
“A los soberbios, generalmente siempre los pierde el orgullo y el complejo de superioridad”, si la oposición política mexicana se aprovecha de eso, aún existe la posibilidad de frenar esta tiranía.
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