México ha contado con periodistas de abolengo y reporteros valientes con preguntas agudas que obligan al receptor a utilizar bien su cerebro. Ya nos imaginamos a don Julio Scherer García haciendo preguntas carentes de sesos y sentido común.
Esta situación debería de servir como filtro para dejar fuera a los paleros, a menos que el encargado de Comunicación Social los use para quedar bien con el presidente, y si así fuera, se tendría que dar una explicación a la sociedad. Ojalá y se definan bien los parámetros para formar parte de los encargados de preguntar en las cada día más tediosas conferencias mañaneras.