Arturo Reyes Isidoro / Sin ninguna duda, en la vida lo que cuentan son los hechos. En la actividad política, igual o más. En la función pública ya ni se diga.
Ayer el secretario de Gobierno, Eric Cisneros, dio muestras del poder que tiene, el que le ha otorgado el gobernador Cuitláhuac García.
A temprana hora amaneció despachando en la dirección general del DIF Estatal Veracruz Rebeca Quintanar Barceló, una gente suya.
No se puede dejar de recordar que en septiembre pasado también salió de su dependencia la actual encargada de la Fiscalía General del Estado, Verónica (“La buena”, en comparación con la Verónica del DIF que se acaba de ir) Hernández Giadáns.
Luego llevó a Delia González Cobos al ORFIS. Si bien ella era la Procuradora Fiscal en la Secretaría de Finanzas, antes había sido asesora de la bancada de Morena en el Congreso federal cuando Cuitláhuac García y Rocío Nahle eran diputados, y el coordinador de asesores era Cisneros.
Pero también se atribuye a su parcela a la actual presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Sofía Martínez Huerta, cuyo hijo sería un colaborador directo del hijo predilecto de Otatitlán.
Don Eric acaba de dar una muestra de que ya endureció la piel cuando, sonrisa de por medio, mostrando la “mazorca”, declaró estar orgulloso de ser descendiente de afromexicano.
Dijo que ya tiene “superado” que algunos periodistas y en algunos medios lo comparen con la bola de billar 8 (de color negro). Recordó que en su infancia le hacían bullying debido a ello.
Lo expresó el domingo en Yanga, la cabecera del municipio que honra con su nombre al jefe de la banda de esclavos africanos que se rebeló en esa región contra el régimen colonial español.
Después del gobernador, o en igual medida, o más, desde el año pasado muchas voces han venido anunciado su salida del gobierno, pero, por lo que demuestran los hechos, se ve que goza de cabal salud… política.
No solo no se va sino que cada vez demuestra más poder y se ve que ya aprendió a que todas las mañanas, antes de salir al escenario, debe bañarse en aceite y encima ponerse un traje blindado, de modo que nada le atraviese y si le atraviesa se le resbale.
Poco más de un año después tiene y ejerce más poder que su inmediato antecesor Rogelio Franco Castán, del PRD, quien durante dos años se limitó a cumplir el papel de marioneta o títere del entonces gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.
Creo que cobrará un papel más relevante cuando sea cuidadoso con lo que declara y se eche a la tarea de restablecer el tejido social. Y, claro, que además aprenda a agarrar bien y a tocar armoniosamente el pandero político.
Lo que se sabe de adentro es que luego de la experiencia con la expanista exdirectora del DIF empezarán a revisar el desempeño y manejo de todas las áreas de gobierno y ya hay candidatos a correr la misma suerte que la jarocha.
Ayer, en todas las áreas del DIF Estatal celebraban la salida de Verónica Aguilar Tapia y los trabajadores buscaban detectar que no se quedara una sola de las gentes que trajo porque todos imitaron a su jefa: mal trato al personal y nula o mala atención al público, además de que pocas veces se presentaban a trabajar.
Édgar Ávila publica su primera novela
Cuánto gusto me ha dado encontrarme en el catálogo de libros de Amazon, una de las mayores compañías de comercio electrónico del mundo, la primera novela del periodista Édgar Ávila, La bestia faldera.
Recién que hablé con él le expresé mi reconocimiento y le deseé éxito no solo con su obra sino también en su incursión en el campo literario, en la creación de ficción y le dije que siempre he pensado que se requiere mucho valor para dar ese salto, esto porque me animó a publicar yo también.
“Es un primer intento por dar ese salto”, me respondió. “Lo importante es que ya lo diste”, le respondí.
Soy lector del libro impreso pero también electrónico. Hace ya muchos años, en un viaje que hice a Estados Unidos, compré un lector Kindle, especial para los libros de Amazon (el primero que tuve me lo regalaron Armando Méndez de la Luz y Dulce María Dauzón, su esposa). Visito la plataforma con bastante regularidad y estoy al tanto de las novedades.
Ahí me encontré con La bestia faldera, un libro de 188 páginas publicado por la editorial xalapeña AguArena.
“En la novela circundan ángeles caídos que lo mismo montan una Harley Davison que hacen fila para entrar a un mísero cuartucho y así fingir que están en el rojo Amsterdam. El libro huele a jabón pequeño, a loción barata, a longaniza y queso de montaña”, dice Amazon en su presentación de la obra.
En su libro, el autor va y viene, juega con el tiempo, y ubica escenarios en territorio veracruzano, pasando por el aeropuerto Heriberto Jara Corona, del puerto de Veracruz, por Chachalacas, por La Fortaleza de Perote, entonces todavía prisión…
Un recurso que me hizo recordar a otra autora veracruzana, Fernanda Melchor, periodista también de origen, galardonada lo mismo en América Latina que en Alemania (su obra emblemática hasta ahora es Temporada de huracanes, de imprescindible lectura), quien ambienta sus obras en el puerto de Veracruz y zonas aleñadas.
Pero ya habrá tiempo para comentar con amplitud la obra de Édgar, un compañero reportero quien vive en Xalapa y actualmente realiza coberturas informativas para el diario El Universal y para la agencia de noticias EFE-España y quien trabajó para Novedades, Milenio Diario, Milenio Semanal, además de que ha hecho coberturas periodísticas en Cuba, Canadá, Israel, La Franja de Gaza, Cisjordania y China.
Qué bueno que Xalapa da otro valor literario, una de las principales plazas culturales del país, lugar de residencia de escritores, novelistas y poetas, que dan renombre a Veracruz y a México. Enhorabuena y éxito al compañero.
Hasta mañana, la sesión-guillotina
Será hasta mañana miércoles cuando se celebre la segunda sesión extraordinaria donde quedará sellada la suerte del diputado local Erik Aguilar López y del alcalde y de la síndica de Actopan, José Paulino Domínguez Sánchez y Lucero Jazmín Palmeros Barradas, respectivamente, quienes pueden perder sus cargos y quedar expuestos a procesos ministeriales.
Al primero lo pueden desaforar y hacerlo acreedor a una sanción menor en comparación con los segundos, en especial con el alcalde, quien sería presunto autor de serios delitos.
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