El dinero destinado para estas áreas debería ser sagrado. Que se roben la gasolina de las patrullas en SSP, como lo hace ahora; que se compren fritos y gansitos en Turismo y los cobren al erario público. Pero que le roben a los menores en situación de pobreza, a los adultos mayores y a las personas en comunidades de extrema pobreza, eso no tiene madre. Por ello, Verónica Aguilera y su “marido” Óscar Lara, quienes se quedaron con millones de pesos que no les pertenecen, son, igual que Karime Macías, unas aves de rapiña; el gobierno de Cuitláhuac García no debería tener ninguna consideración con ellos.
Estos buitres deberían ser exhibidos en su codicia, en su avidez y deberían ser ejemplo para que los administradores de Salud, SSP, SEV, Sedesol, Congreso y hasta el primo Eleazar Guerrero, le piensen dos veces antes de robar como están robando. Como ya hemos anotado, es tanto lo que se están robando, que pronto ya no van a tener manera de esconderlo.