Francisco de Luna / Xalapa, Ver. «Dios necesitaba a un buen doctor y se llevó al mejor», dijo el tío de Francisco Javier durante el sepelio la tarde fría de éste miércoles 26 de febrero.
Desde el cementerio y a nombre de la familia el mensaje público es que este asesinato no quedará en la impunidad.
«Javier, te prometo que se va hacer justicia. Te prometo que tu muerte no va a quedar impune».
Enseguida, otro muchacho, amigo de Javier pidió no quedarse callados, «ninguno de ustedes se quede callado. Este país, esta sociedad debe de cambiar. Por nuestro amigo que hoy nos deja. Era una persona valiente».
Y luego hizo el pase de lista y repitió de varias veces el nombre de Francisco Javier Tirado Márquez «hasta el cielo, hermano». Concluyó.
Dos banderas y una playera
El cortejo fúnebre llegó a las 04:08 de la tarde al panteón Bosques del Recuerdo donde le dieron el último adiós a Francisco Javier, el joven universitario asesinado en Santana, Puebla junto con dos de sus compañeros colombianos.
La tarde de éste miércoles era fría -13 grados de sensación térmica- con un aspecto color grisáceo.
El féretro fue colocado a lado del sepulcro. Dos banderas, la de México y Colombia así como una playera de la Selección Nacional de Colombia, equipo de fútbol favorito de Javi, adornaron su despedida.
A lado, la familia y sus amistades reunidos. Del otro, el mariachi que entona “Amor Eterno”, después suenan las tristes cuerdas del violín y comienza “Cruz de Madera”.
En ese instante, sus seres queridos ponen la manos sobre el ataúd y lo besan. Ahora ya se escucha la guitarra y comienza “Un puño de Tierra”. «…el día que yo me muera, no voy a llevarme nada, hay que darle gusto al gusto, la vida pronto se acaba (…) ya muerto, voy a llevarme nomás un puño de tierra». Se escucha entre sollozos.
Los jóvenes, amigos de Javi rodearon el ataúd, se abrazaron, tenían las miradas fijas y desconsoladas hacia el sepulcro y juntos cantaban “Cruz de Olvido”.
«Con el atardecer me iré de aquí, me iré sin ti. Me alejaré de ti con un dolor dentro de mi». Y apretaban los puños y se recargaban entre hombros.
Sus familiares y amigos se agachaban y hablaban con Javi y le decían “eres el mejor”.
Los rezos iniciaron a las 04:40 de la tarde. Y 20 minutos después, el ataúd fue descendido a la tumba. Poco a poco caían las flores blancas y los puños de tierra.
Huejotzingo
Uno de los familiares pidió aplausos para despedir a Francisco Javier, joven de 24 años de edad quien tenía como meta ser Pediatra.
Cursó sus estudios de Medicina en la Universidad Benemérita Autónoma de Puebla (BUAP). Se fue Colombia durante nueve meses como parte del intercambio escolar.
Hace apenas tres semanas que había iniciado su servicio social en Xochiltepec, Puebla, muy cerca de Izúcar de Mataros, hasta donde sus papás y hermana le acompañaron para instalarlo en donde sería su hospedaje. Ese día conocieron el pueblo donde en una clínica atendería a los lugareños.
Pero el fin de semana fue de paseo junto con sus dos amigos colombianos a Huejotzingo, ahí disfrutaron del carnaval y a su regreso solicitaron el servicio de Uber, pero en la carretera fueron alcanzados por unos sujetos que los torturaron hasta matarlos. Se cree pudo tratarse de un robo, aunque las autoridades no han determinado el móvil del crimen.
Ocurrió la noche del domingo 23 de febrero en que los tres estudiantes fueron asesinados junto con el conductor de auto de alquiler.
Este miércoles la tarde fue muy fría y casi al caer la noche la temperatura era más baja. Uno a uno y con los ojos cansados de llorar se alejaron de la tumba de Javi, no sin antes orar en su memoria y que el crimen no quede en la impunidad.
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