No podemos decir que el 9 de marzo todas las mujeres tendrán la razón de protestar, no obstante, tienen el derecho de hacerlo, pero deben tener en cuenta que no tienen ningún derecho a dañar la propiedad de terceros ni de limitar la expresión de ideas de grupos contrarios.
Lo que sí debe preocupar es que grupos políticos e infiltrados lleven agua para su molino y se valgan de un movimiento que, si bien es legítimo esté a merced de grupos externos que pretendan desestabilizar el orden constitucional. Es cierto que podemos estar a favor o en contra de las políticas implementadas por el presidente, no obstante, hay manera de hacerlo de manera civilizada. ¿O acaso es mucho pedir?