Unos cachitos de lotería

Biombo Novohispano del siglo XVII donde se aprecia los daños en el Palacio durante las revueltas por la hambruna de 1692 FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Solo la estupidez puede ser tan simplona de asegurar que la violencia contra las mujeres es resultado del neoliberalismo. Lo siento, la violencia contra las mujeres es resultado de la incompetencia, ignorancia y corrupción de nuestras autoridades. En México es muy barato matar a una mujer.

El presidente decidió vivir en uno de los símbolos nacionales más importantes, nadie lo obligó, es más, todos los mexicanos estábamos dispuestos a facilitarle una residencia con todas las instalaciones necesarias para que realizara sus actividades presidenciales de la mejor forma, pero es su decisión vivir en un Palacio Virreinal del Siglo XVII, que ha sido testigo y actor de los principales episodios de la historia nacional.

Como todo símbolo de poder, Palacio Nacional ha sido objeto de violentas manifestaciones en su historia, en 1624 fue incendiado por una turba inconforme, en 1692 una revuelta ocasionada por una hambruna lo redujo prácticamente a escombros, así como en 1840 y en 1913 fue bombardeado durante la decena trágica. En los últimos años ha sido blanco de bombas molotov y en el 2014 incendiaron la puerta principal durante las manifestaciones de los padres de Ayotzinapa.

Es inevitable, ahora el feminismo tiene el escenario perfecto para manifestarse contra el gobierno y este resulta que es el mayor símbolo del poder en nuestro país. En serio, ¿pensaban qué seria diferente?

Si destruyendo Palacio Nacional tomamos conciencia de que tenemos que respetar a las mujeres en México, por mi que lo reduzcan a escombros y no quede una piedra sobre otra. Estoy harto de vivir en un país donde odiamos tanto a nuestras mujeres.

Cambiando de tema, durante todos los años de campaña de López Obrador hubo en lema que si tenía sentido y era de lo poco que me parecía quirúrgicamente preciso y demoledor por su fuerza absoluta, La Mafia del Poder si existe y si es una de las causas de la desigualdad tan injusta en nuestro país.

Se trata de una elite que ha abusado de privilegios fuera de cualquier marco legal, privilegios que han empobrecido a los mexicanos desde siempre. Ellos son los que tienen las concesiones para hacer negocios y empresas, son ellos los que protegidos pueden hacer negocios con el poder, son ellos los que han hecho negocios con los hombres del poder político, son a los que se les adjudican las mejores obras y contratos, son los empresarios que solo hacen negocios cuando son protegidos con sus privilegios contratados con el poder.

Esa es la mafia del poder, la de los empresarios que han sido protegidos con leyes mañosas, la de las empresas que han sobornado al poder para ser improductivas y que seamos los mexicanos en nuestra cautividad los que hemos pagado su falta de competitividad, innovación y tecnología. Esa es la Mafia del Poder, a la que se le perdonan impuestos, la que las ley es otra, mas suave y generosa.

Tenía razón López Obrador, la Mafia del Poder si existe, es la que nos ha impidido ser una economía y un mercado plenamente libre. La Mafia del Poder son los cuates, los amigos y compadres del poder, es el Capitalismo de Cuates que todo lo corrompe y deja a los pocos la libertad de disponer de los muchos. Es el contubernio del poder con la elite, es la perdida de la libertad económica de la mayoría.

Ahora la Cuarta Transformación los convoca a todos ellos, los invita a cenar tamales y atole a Palacio Nacional. Pero no los convoca a invertir, mucho menos a ser competitivos o innovadores tecnológicos. Jamás pasó por la mente del presidente que ese evento fuera para avisarles que la Mafia del Poder pasaba a la historia en nuestro país y que esa cena era para informarles que México ya era otro.

No, los invitaron para venderles unos cachitos de lotería.

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