«Pero él, ¿qué hacía ahí?», pregunta el gobernador Cuitláhuac García sobre la presencia de un reportero en Ciudad Isla, en la manifestación de los pobladores en contra de la Fuerza Civil. No está preguntando el gobernador sobre la presencia de un cura en el lugar de los hechos, ni la presencia de unos escolares en el lugar de la manifestación, tampoco está preguntando, ¿qué hacía un dentista ahí o un hombre vestido de buzo?
Está preguntando el gobernador qué hacía ahí un periodista, que hacía en el lugar de los hechos, en el sitio donde se originaba la noticia. Pues hacía su trabajo, reportar los acontecimientos que la ciudadanía debería de conocer. La estulticia del gobernador, enfrentado por el reportero, lo hace enervarse, encabronarse, y si sobrio ya es estulto, imaginen encabronado. Y él, ¿qué hacía ahí? El propio periodista le contesta contundente, «mi trabajo». Entonces, ¿es o no estulto el gobernador?