La estulticia supina de Cuitláhuac García; “Y él, ¿qué hacía ahí?” pregunta a reportero que se encontraba en el lugar de la noticia

Cuitláhuac García FOTO: WEB
- en Carrusel, Opinión

Armando Ortiz / Señala el diccionario de significados de la web que como estulticia se denomina a la “tontería que, por necedad o por ignorancia, caracteriza a una persona”. Se molestan los incondicionales admiradores del gobernador Cuitláhuac García cuando lo calificamos de “estulto”. Suponen en la oscuridad de su ignorancia que la palabra es una grosería dirigida a tan alto dignatario. Por eso ponemos la definición de estulticia, para que se den cuenta que no hay mejor palabra que defina al gobernador de Veracruz. Cuitláhuac García ha dado muestras claras de una estulticia supina, esa que le hace soltar frases dignas de un necio. “Pero él, ¿qué hacía ahí?”, pregunta el gobernador Cuitláhuac García sobre la presencia de un reportero en Ciudad Isla, en la manifestación de los pobladores en contra de la Fuerza Civil. No está preguntando el gobernador sobre la presencia de un cura en el lugar de los hechos, ni la presencia de unos escolares en el lugar de la manifestación, tampoco está preguntando, ¿qué hacía un dentista ahí o un hombre vestido de buzo? Está preguntando el gobernador qué hacía ahí un periodista, que hacía en el lugar de los hechos, en el sitio donde se originaba la noticia. Pues hacía su trabajo, reportar los acontecimientos que la ciudadanía debería de conocer. La estulticia del gobernador, enfrentado por el reportero, lo hace enervarse, encabronarse, y si sobrio ya es estulto, imaginen encabronado. Y él, ¿qué hacía ahí? El propio periodista le contesta contundente, “mi trabajo”. Entonces, ¿es o no estulto el gobernador?

¿Quién es el encargado de la gobernabilidad en el estado de Veracruz? El mismo que rompe esa gobernabilidad, Éric Cisneros

¿Sabe usted cuál es la “Misión” de la Secretaría de Gobierno de Veracruz? Asómese al portal web de la Secretaría de Gobierno de Veracruz y entérese. En este portal, en el rubro de Misión se anota: “Contribuir a la gobernabilidad democrática y paz pública, teniendo como eje los derechos humanos, a través de instituciones sólidas que atiendan las demandas sociales y conduzcan a la política interna para generar el bienestar de los veracruzanos”. ¿Le parece a usted que eso esté haciendo Éric Cisneros Burgos, secretario de Gobierno de Veracruz? ¿Le parece a usted que acusar a la ligera que los miembros del crimen organizado reclutan a periodistas para ir a grabar manifestaciones? Señala la misión, “teniendo como eje los derechos humanos”. Sabrá el secretario de Gobierno que la Declaración Universal de Derechos Humanos señala en su artículo 11 que “Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le haya asegurado todas las garantías necesarias para su defensa”. Un servidor púbico que acusa sin pruebas, como la ha hecho la fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns, el mismo Cuitláhuac García y constantemente Éric Cisneros Burgos, está pasando por encima de los derechos humanos de las personas, en este caso de los periodistas. Entonces, ¿quién es el encargado de la gobernabilidad en el estado de Veracruz? El mismo que rompe la gobernabilidad en Veracruz, el secretario de Gobierno.

Del “No te preocupes Rosario” al “No te preocupes Enrique”; AMLO no iría tras Peña Nieto, otro milagro de la 4T

El abogado de Emilio Lozoya, Javier Coello, podrá decir misa, podrá presentar pruebas que demuestren que el presidente Enrique Peña Nieto ordenó a Emilio Lozoya aceptar sobornos de la empresa brasileña Odebrecht, podrá presentar el documento firmado en donde Peña Nieto le ordena a Emilio Lozoya comprar la planta chatarra de agronitrogenados a Altos Hornos de México de Alonso Ancira, podría presentar videos en donde se muestre y escuche cómo se dan esas órdenes, y nada de eso serviría ni para salvar a su cliente ni para hundir a Enrique Peña Nieto. ¿Por qué? Porque el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ya dejó muy en claro que él no iría tras expresidentes. Cuando se le cuestionó sobre el tema, el presidente fue enfático: “Lo que yo planteé, que no es ningún pacto secreto, lo dije en mi toma de posesión y lo repito, es que nosotros no íbamos a presentar denuncias en contra de ex Presidentes, que considerábamos que teníamos que ver hacia adelante”. Desde su toma de posesión AMLO mostró una deferencia política a Enrique Peña Nieto, quien aguantó la tentación de meter las manos en el proceso electoral de 2018, y eso lo agradece mucho el actual presidente. De modo que, así como Peña Nieto le dijo a Rosario Robles, en medio de las acusaciones por la “Estafa Maestra”, así AMLO, en medio del caso Lozoya le dice a Peña Nieto desde Palacio Nacional: “No te preocupes Enrique”.

Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, reescrito o distribuido sin autorización.

Comentarios

Deja un comentario