Arturo Reyes Isidoro / Sucedió allá por 1964 del siglo pasado (lógicamente). Trabajaba yo como secretario taquimecanógrafo (fue el primer empleo que tuve en mi vida, cuando prácticamente era todavía un chamaco) en unas oficinas situadas en unas bodegas de granos a orillas del río Coatzacoalcos, cerca del embarcadero para Allende.
Entonces me tocó presenciar la escena. Desde un barco granelero con bandera alemana, de pronto un perro empezó a ladrar a otro que estaba en tierra cerca de nuestra área. El de arriba de la embarcación ladraba y ladraba, y el de abajo permanecía quieto. Entonces de pronto un estibador (un cargador) le hizo notar el detalle a un compañero suyo, quien le respondió: no le contesta porque no le entiende, es que aquel ladra en alemán y este en español.
De esta chistosa ocurrencia me acordé aunque así como empecé a sonreír para mí mismo, de pronto cambió mi ánimo, de tal modo que si, caro y estimadísimo lector, encuentras esta columna todavía húmeda es que no he podido contener las de san Pedro.
Y es que me llegó hasta el “tútano” (como diría el paisano de la sierra), perdón, hasta el tuétano (la médula) ese gesto tan cariñosamente perruno del gabinete de seguridad estatal que despidió ayer con todos los honores de ordenanza a un perro policía.
Pero no se trató de cualquier perro. Nonononooo. Se trató de Gadafí, un “agente” (así lo califica el boletín oficial) de la Compañía Canina K9 de la Fuerza Civil del Estado, de roce internacional.
Era tan, pero tan importante el can que ¡el propio gobernador Cuitláhuac García Jiménez encabezó la ceremonia de despedida!, sí, así como usted lee, el propio titular del Ejecutivo, una despedida que ya quisiera para sí otro perro, el can Bermúdez, para cuando decida dejar los micrófonos. ¡Zambombazo!
El boletín de marras dice que se trató de una ceremonia “emotiva” (llegado a esa parte no me contuve y llamé a Firuláis a mi lado, para que me acompañara mientras escribía). Debió serla, cómo no, pues no todos los días se puede despedir a alguien como Gadafi, quien “sirvió con honor al Estado” (hasta ayer pensaba que esa cualidad solo la podía tener un ser humano).
¡Y qué perro maravilla! Empezó a “servir” al Estado desde el día que nació (“tras ocho años de servicio”), el 25 de junio de 2011 y por eso se le consideraba “uno de los mejores agentes caninos del país”.
“Asimismo, como oficial canino doble propósito cumplió con esquemas de certificación, aprobado por estándares de calidad del departamento de Policía de Estados Unidos de Norteamérica y juzgado por instructores de países como España, Bosnia, Francia, Israel, Colombia, República Dominicana, Canadá y México” (ni el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard).
Pero además, “Es el actual campeón nacional del Congreso Internacional Táctico Canino y está calificado como ‘Perro de Servicio Policial’ y ‘Perro Detector de Narcóticos’, ante la Nacional Detector Dog Association (NDDA); reconocido además por la National Police Canine Association y el Centro de Entrenamiento de la Policía de Pharr en Texas, otorgándosele la Certificación en Narcóticos”.
En fin. Un detallazo de la 4T. Quién se iba a imaginar que un chucho recibiría un trato oficial y un homenaje que ningún veracruzano ha recibido en trece y medio meses de gobierno; que el Poder Ejecutivo se rendiría ante un perro. Cuitláhuac ha pasado ya a la historia de Veracruz como el primer gobernador amigo del perro. Por ser inédito, no quise dejar pasar el hecho.
Y a sus lados estaban con él la mismísima fiscal encargada “independiente” de la Fiscalía General del Estado (hágame usted el refabrón cavor, en lugar de que dedicara todo su tiempo a agilizar las miles de averiguaciones que tiene pendiente de resolver) y el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, otro igual.
Mientras, la base de la Policía Federal y de la Fuerza Civil en Isla ardía a balazos (vi y escuché el impresionante video de Llanos de Sotavento), una escena antes propia de países en guerra, como por ejemplo los árabes. No puedo dejar de expresar mi enérgica protesta por la agresión e intimidación policiaca a compañeros reporteros que verdaderamente se la jugaron como pudimos ver en un video. A todos ellos, mi solidaridad.
Lo que sea de cada quien, el veracruzano es un pueblo verdaderamente aguantador.
Que Cuitláhuac tumbaría el puente de carnaval
A ver a ver a ver. Hasta que no se diga nada oficialmente no le doy crédito, pero me llegó la versión de que para congraciarse con quién ya saben quién, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez también ha tomado ya pico y marro para tumbar un puente en Veracruz.
Que estaría por anunciar que salvo el puerto de Puerto de Veracruz y Boca del Río, donde se justifica porque son sede, eliminaría el llamado “puente” de carnaval para Xalapa donde desde la segunda mitad del siglo pasado se descansa lunes y martes durante el Carnaval de Veracruz.
Que el argumento es que en el caso de la burocracia ya tiene sus días de asueto conforme a fechas históricas oficiales al igual que en las escuelas públicas y que mientras que en el caso de estas los alumnos pierden dos días de clases, en las escuelas privadas no suspenden actividades y niños y adolescentes aprovechan y avanzan en sus estudios.
Que otros argumentos son que el puerto está a más de 100 kilómetros de distancia, que Xalapa tiene sus propias festividades y que es falso que todos a los que se les dan los días vayan al carnaval; que si acaso solo unos cuantos y eso sábado y domingo. Que en caso de que surja inconformidad, se autorizarían los dos días pero sin goce de sueldo.
El miércoles pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que propondrá modificaciones a la ley y al calendario escolar para que en el próximo ciclo escolar las fechas históricas se celebren en su día, lo que acabaría con los puentes vacacionales o fines de semana largos.
Si resulta cierta la versión, la decisión de Cuitláhuac sería muy polémica y así como encontraría quienes lo vieran mal, también surgirían quienes lo apoyaran, igual que como ocurrió con el anuncio de AMLO sobre los puentes de fines y de inicios de semana.
Xóchitl Arbesú, para puras vergüenzas
Y que la secretaria de Turismo, Xóchitl Arbesú, se avienta la puntada, durante la presentación de la Cumbre Tajín en la ciudad de México, de invitar al turismo nacional a visitar ¡las playas de Poza Rica! ¡Válgame Dios! El cuitlahuismo en pleno.
Esta mujer ignora que la petrolera ciudad no tiene playas. Están cerca, sí, el río Cazones y el balneario de Zacate Colorado, un rinconcito, por cierto, muy bonito como para perderse uno ahí si no quiere que se sepa dónde anda, ¿pero las playas de Poza Rica?
Y pensar que ella proyecta la imagen del gobierno de Veracruz ante los prestadores de servicios turísticos del país. Pobre Cuitláhuac, han de decir. Y sí, pobre. Pero él la sostiene.
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