Ningún recurso alcanza para las dádivas
Armando Ortiz / DICEN EXPERTOS en conducta humana que existen personas que se acostumbran a conquistar fuertes lazos con los demás a cambio de cosas materiales. Y no solo lo hacen para recibir la aceptación en un grupo social o político, en su lugar de trabajo o con sus nuevos compañeros de estudio, sino que muchas veces consiguen sus objetivos a partir de obsequiar dádivas, incluso regalos a la pareja que ya no desea estar contigo. Ese tipo de personas, dicen los expertos (y no nosotros, que quede claro), están acostumbradas a comprar afecto no sólo con cosas suntuosas sino con pequeños detalles. Por ello uno se pregunta: ¿Qué pasaría si el Presidente Andrés Manuel López Obrador dejara de repartir a discreción el dinero que no es suyo al “pueblo bueno”, y decidiera aplicarlo en otros rubros que no fueran los programas sociales clientelares como, por ejemplo, fortalecer la seguridad y la creación de empleos mediante la inversión para fomentar el desarrollo que tanta falta le hace al País?, porque se quiera o no aceptar, el Jefe de las Instituciones Federales es solo un coordinador del esfuerzo de todos los mexicanos y, por tanto, no debería disponer, como si fuera propio, de los dineros que ingresan al erario mediante al pago de contribuciones y servicios, sino aplicarlos en más y mejores carreteras, escuelas realmente dignas, y satisfacer al cien por ciento la carencia de medicamentos, sobre todo para niños con cáncer en Entidades como el Estado de México, Oaxaca, Baja California, Guerrero y Veracruz, donde los padres de menores con padecimientos oncológicos han interpuesto 120 amparos, 60 de ellos en Nuevo León, 40 en Veracruz y 5 en la Ciudad de México para que la justicia federal obligue a las autoridades de salud a proporcionar las medicinas de forma gratuita.
SI AMLO dejara de dar las dádivas que entrega al pueblo bueno, algunas hasta de 3 mil 700 mensuales ¿lo querrían igual como hasta ahora, o comenzaría el declive y a ser de los peores presidentes?, de esos que se la pasa criticando a diario y a los que llama saqueadores y corruptos. Porque solo para contextualizar, cuatro de los programas sociales impulsados por la administración Federal recibirán 206 mil 390 millones de pesos (mdp) para su ejecución este año, con los que se podrían comprar 68 aviones presidenciales, esto de acuerdo al Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2020. Y es que en el PPEF correspondiente al año en curso se da prioridad al gasto orientado a programas sociales que permiten reducir las desigualdades económicas, sociales y regionales así como los proyectos de inversión que tienen mayor incidencia en los determinantes del crecimiento potencial de la economía, o al menos eso dice la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en su exposición de motivos, como si la pobreza se acabara regalando pescado y no enseñando a pescar a las personas. Como fuera, el monto que reciben los programas sociales este año representa un incremento de 19.7 por ciento nominal respecto a los 172 mil 300 millones de pesos contemplados en el PPEF 2019 en estos mismos rubros, pero la diferencia encierra un motivo que no tiene desperdicio: las intermedias de 2021, y la elección de 15 gubernaturas, además de elección de congresos locales y alcaldías.
LO DE AMLO es lo que se conoce como “amor comprado”, ya que de acuerdo a la Sofróloga Marina Rodríguez, algunas personas se acostumbran a comprar a los demás con cosas materiales, y entre las razones está el miedo a la soledad, las carencias afectivas producto de hogares disfuncionales sobre todo en la vida infantil. Según Abraham Maslow, psicólogo estadounidense reconocido como uno de los fundadores y principales exponentes de la psicología humanista, desde el nacimiento hasta la etapa de los 7 años se generan los lazos afectivos. Si hay carencias, la persona tiende a buscar el amor con regateos, seducción u ofreciéndose debido a la falta de las primeras caricias maternas, de los besos, de la seguridad y de la protección, aunque otra de las razones por las que las personas compran afecto tienen que ver con la falta de control o baja autoestima. Muchas personas incluso se muestran con una actitud sobrada y dicen que hasta pueden “comprar el amor”. Este tipo de sujetos son los más carentes de estima propia. Influye mucho en estos comportamientos también, la lejanía de la familia y por supuesto la conexión espiritual. En ese sentido, para poder mostrarse como personas con poder y autoridad, para ser aceptadas en la sociedad, para satisfacer sus necesidades de manera ilógica e inapropiada, ya que se vuelven dependientes y sufren, es por lo que necesitan dar cosas materiales o, en el peor de los casos, verter amenazas para sentirse con poder y dominio.
POR ELLO sería prudente que el Presidente López Obrador, tan inclinado a las encuestas o experimentos, suspendiera seis meses los programas sociales, esto es, dejara de dar dinero de los contribuyentes al llamado Pueblo Bueno, y de esa manera tener una valoración real de cuanto lo quieren o, por el contrario, terminan rechazándolo. Sería un buen laboratorio a su ego agigantado por 30 millones de votantes saber si estos mismos seguirían sufragando por él después de suspenderles las dádivas que ahora les da, lo que le ofrecería el justo exacto de la relación real que suelen tener los gobernantes con los gobernados, sobre todo cuando los primeros hacen a un lado el aspecto paternalista para colocarse en una realidad que exige trabajo y resultados, más allá de discursos fatuos, ofensivos y agresivos en los que culpa de todos los males al pasado, incluidos los medios de comunicación, alentando una división nacional que ya comienza a engendrar odios intestinos.
Y ES que solo para darle continuidad al programa de capacitación laboral creado en 2019, algo que no ha dado resultados por falta de plazas en el sector privado, proyecta destinar 25 mil 614.1 mdp, mientras que para la afamada Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez será destinado un presupuesto de 28 mil 995.1 mdp. Y la cosa no para allí, para la pensión para el bienestar de los adultos mayores la cifra será de 126 mil 650.3 mdp, mientras que para Sembrando Vida, programa para ‘establecer sistemas productivos agroforestales’ mediante la siembra de árboles frutales y maderables recibiría en 2020 un presupuesto de 25 mil 130.9 mdp de acuerdo con el PPEF 2020, y así sucesivamente, esto sin contar con el apoyo a jóvenes que ni estudian ni trabajan pero que, según con ese apoyo, dejarán de formar parte de la delincuencia y la seguridad vendría como por arte de magia. En fin, al paso que va el Presidente comprando afecto o asegurando el voto para su partido en el 2021 y 2024 no habrá dinero que le alcance, y mientras tanto el País seguirá inmerso en inseguridad, desempleo y violencia. Así de simple. OPINA [email protected]
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