Los mismos docentes creen que gran parte del problema es que los padres han relajado las normas de conducta en el hogar y, que en muchas ocasiones, los adolescentes pasan muchos tiempos solos. Otros se entretienen con programas de televisión sin supervisión alguna. Ha pasado que cuando se manda a citar a los padres de familia, éstos en lugar de reprender o conminar la conducta del hijo, justifica su proceder y culpa al maestro por esa situación.
Desafortunadamente el entorno violento y la falta de atención en el hogar han provocado que los índices de violencia y agresión contra los maestros se multipliquen. En casos extremos, ahí está el ejemplo de un pequeño de 11 años que lastimó a varios alumnos y asesino a su maestra en la ciudad de Torreón. Ojalá y las autoridades implemente estrategias para que los padres se involucren en las actividades de los alumnos, es por el bien de todos.